Elder Scrolls
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Mapa Páramo Martillo GBI3

LOS RA GADA: PÁRAMO DEL MARTILLO[]

La llegada más reciente a orillas de Tamriel es la de los guardias rojos de Páramo del Martillo. Se adaptaron rápidamente a la dureza del desierto de su nuevo hogar, y convirtieron un antiguo terreno baldío en una potencia nada despreciable.

Guardia rojo GBI3

Historia[]

Páramo del Martillo sólo comenzó a llamarse así con la llegada de los guardias rojos. Antes de esto los aldmer la llamaban Hegathe y los nédicos se referían a ella como Deathland (tierra de muerte), que significaba algo parecido. El nombre de Hegathe sigue usándose como nombre de la capital original de los guardias rojos, pero en la Primera Era, el nombre nédico comenzó a ser utilizado por todos y para referirse a las tierras áridas al norte de Colovia y al sur de la Bahía de Ilíac. No obstante, tampoco había muchas referencias históricas al respecto. Era un paisaje desolado, un páramo donde los vientos calientes soplaban sobre rocas ardientes, y los únicos pies que pisaban las arenas pertenecía a terribles monstruos.

Los elfos y más tarde los bretones, establecieron puestos avanzados en lo que ahora es Centinela y Lainlyn, para proteger de los orcos a sus pescadores y mercaderes que se habían apoderado de las tierras del interior. Pero estos no eran los únicos peligros. Espíritus del viento, espíritus del fuego, duendes, trolls y escorpiones del tamaño de un caballo asomaban a menudo desde el desierto, y eran repelidos en la frontera, a veces pagando un precio muy alto. 

En el año 420 de la Primera Era, llegó a Deathland una tribu de dwemer procedentes del este. Eran gentes de Rourken, rebeldes contra la alianza de dunmer y dwemer en Morrowind. Se asentaron lejos de la bahía, a lo largo de la costa sur, y pronto establecieron una relación comercial con los elfos del sur y los bretones del norte, y Deathlands tomó el nombre dwemer de Volenfel, "Ciudad del Martillo", en honor a la capital dwemer, cuyas ruinas están ahora enterradas bajo las arenas del Alik'r cerca Gilane

La Casa Rourken rompió sus lazos con los dwemer de Resdayn, pero esto no les protegió de los resultados de la Guerra del Primer Concilio. Igual que los otros dwemer, los Rourken parecían haber desaparecido de repente de Páramo del Martillo, dejando sus maravillas al descubierto. Piratas akaviri y nórdicos saquearon gran parte de los objetos de valor de las ciudades abandonadas, los ladrones del desierto interior merodeaban por las calles vacías, y los duros elementos también dejaron su huella nociva. Cuando llegó el momento de los Ra Gada, habían transcurrido más de cien años desde cualquier civilización habitara el sur de Volenfel. 

Los yokudanos dejaron su continente tras un cataclismo (que se describe en una sección posterior de la Guía), y llegaron a Tamriel en una flota invasora llamada Ra Gada. Los orcos desorganizados cayeron rápidamente, y también las invasiones de monstruo y bestias provenientes del interior. Los guardas rojos, como se acabó llamando a los Ra Gada, no hicieron concesión con los asentamientos bretones en las costas, atravesando la Bahía de Iliac al sur y ganando toda la zona que ahora se conoce como la provincia de Páramo del Martillo con tan sólo unas pocas batallas de envergadura. El Na-Totambu, gobierno de Yokuda, se traspasó por entero, junto con su tradicional sistema de la agricultura y su religión, que se adapta bien a las inclemencias climáticas implacable del nuevo hogar de los guardias rojos. Las altas cúpulas, las velas ondeantes para recoger el rocío y los adornos en mosaico se construyeron sobre las ruinas nuevas y antiguas de civilizaciones pasadas. 

La matanza realizada por los guardias rojos a lo largo de la costa no se perdonó rápidamente, y su evidente desprecio por sus vecinos no ayudó a mejorar las relaciones entre los recién llegados y los bretones. Todo un siglo de hostilidad implacable sólo llegaría a su fin con la aparición de un enemigo común: el reino orco de Orsinium. Tras la fructífera alianza, las ciudades de Páramo del Martillo- como ahora llamaban a Volenfel – comenzaron por fin  a comerciar con Roca Alta y el oeste coloviano, uniendo sus batallas contra nuevos enemigos, como los sload de Thras, gracias a una alianza con Bendu Olo , rey de Anvil

Con el tiempo, la sociedad de los guardias rojos se dividió en dos grupos, dependiendo de si guardaban lealtad a los antiguos modos de Yokuda o las nuevas formas de Tamriel. Los Coronas, que siguieron las tradiciones de los Na-Totambu, resistieron con violencia ante los esfuerzos de asimilación de los Antepasados, llamados así por los guerreros Ra Gada originales. Con la muerte del rey de los Corona Thassad II en el año 864 de la Segunda Era, Páramo del Martillo fue tomada por el Imperio de Septim, aunque se hicieron algunas concesiones tras una revuelta triunfante en Stros M'Kai

La división en la sociedad de Páramo del Martillo no se solucionó anexionándose al Imperio, y sigue sin resolverse. En general, el norte de Páramo del Martillo siguió siendo más tradicionalmente yokudano en su estilo, en el vestir, y en la personalidad, y las tierras del sur, donde se había asentado los Antepasados, eran más cosmopolitas; aunque, a decir verdad, Páramo del Martillo era y sigue siendo un mosaico, con tradiciones contradictorias conviviendo unas al lado de otras. Por esta razón, Elinhir, una ciudad Corona, no respondió a la llamada sonora de las ciudades Antepasado de Rihad y Taneth, en el año 253 de la Tercera Era, permitiendo que el Usurpador Camorano continuara con su marcha hacia el norte. A cambio, las ciudades Antepasado no ayudaron a las ciudades Corona del este durante la Guerra de Bend'r-Mahk contra Skyrim, prefiriendo quedarse mirando mientras eran tomadas por los nórdicos. 

Situación actual[]

Tras el Milagro de la Paz, el reino Antepasado de Centinela creció hasta abarcar la totalidad de la costa norte de Páramo del Martillo, desde Abibon-Gora en el oeste, hasta Satakalaam al este, en la desembocadura del río Bjoulsae. Como la mayoría de las tierras independientes de esta zona norte simpatizaban con los Coronas, el rey Lhotun ha participado continuamente en misiones militares, diplomáticas, e incluso religiosas para mantenerlas controladas. Lhotun se ha visto obligado a crear lo que algunos consideran una solución de terceros, reverente con el pasado yokudano pero que respete los modos imperiales. Esto recibe el nombre de Lhotunic.

Quizás no sea de extrañar  que los Lhotunics moderados no hayan recibido más que el desdén de los reinos Coronas y Antepasado. Clavilla, la Reina de Taneth, ha tratado sin éxito de revocar los estatutos de los gremios independientes en todas las tierras de Centinela, argumentando que la adoración a Satakal es razón suficiente para acusarlos de herejía contra el Imperio. Ayaan-si, el alto profeta de Elinhir, ha lanzado una llamada a los Coronas Verdaderos del norte para que se rebelen contra Lhotun, y ha financiado varias incursiones contra las fronteras en Bergama y Dak'fron. Su único éxito hasta la fecha ha sido significativo. La tierra de Totambu, llamada así en la antigüedad por los Na-Totambu de Yokuda, progenitores de los Coronas, ha vuelto a sus límites y ha declarado su independencia de Centinela. Mientras el reino de Lhotun rodea Totambu por todos los flancos, la pregunta es cuánto tiempo podrá resistir. No obstante, en el momento de escribir esta Guía, su gente logra resistir el asedio. 

El este de Páramo del Martillo, menos preocupado por Centinela, ha mantenido sus esfuerzos por recuperar las tierras conquistadas por Skyrim en la Guerra de Bend'r-Mahk. No hay duda de que los guardias rojos, a pesar de carecer de la unidad característica de una sociedad para poder construir ejércitos eficaces, son unos excelentes guerreros y no tienen igual en la guerra de guerrillas. Aun así, es poco el terreno recuperado, pues los nórdicos también son guerreros de renombre

Páramo GBI3
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