En The Elder Scrolls III: Morrowind existen una variedad no inmensamente amplia de armaduras pero las suficientes para equiparse en las tres ramas de armadura: armadura ligera, media y pesada, estas armaduras no se diferencian por el tipo explícito sino que por el peso se clasifican solas, las armaduras pueden ser de diferentes materiales y cada uno tendrá un índice de armadura específico, entre las armaduras ligeras se pueden encontrar las armaduras de quitina, vidrio, tela, etc; las armaduras media se pueden encontrar las armaduras de cuero, de pasta de hueso, armaduras Indoril, etc; y las pesadas donde se pueden ubicar las armaduras de hierro, acero, ébano, daedricas, dwemer, entre otras; cuando una armadura es usada en combate y resiste un impacto aumenta la habilidad en cuestión para la armadura, ligera, media o pesada lo que mejora el uso de tal armadura.
Además de las armaduras comunes existen armaduras encantadas las cuales no poseen una resistencia tan elevada como muchas otras armaduras sino que poseen encantamientos que pueden usarse como hechizos mágicos varias veces antes de que se agoten como, escudo de fuego, restaurar salud, invisibilidad, etc; se pueden conseguir armaduras encantadas alrededor del mundo o sino se pueden encantar las propias con un encantador.
Todas las armaduras tienen un índice de desgaste lo que significa que mientras más se use (en combate) se deteriorará hasta romperse e inutilizarse, una armadura se puede mandar a reparar en una herrería o se puede reparar uno mismo con los Martillos de armero o Pinzas de reparación.
Las armaduras son esenciales en el desarrollo y supervivencia del juego, estas pueden comprarse, ser robadas, o ser encontradas en el mundo como botín en cadaveres o cofres.