Elder Scrolls
Elder Scrolls
Advertisement
Ashlander

Ilustración de un Cenicio.

Los cenicios (también llamados Velothi porque siguieron al profeta Veloth) son nómadas dunmer que viven en las zonas sin colonizar de Páramo de Vvarden.

Descripción[]

Sociedad[]

Los cenicios de Páramo de Vvarden están divididos en cuatro clanes: la tribu Ahemmusa de la Costa de Azura, la tribu Erabenimsun de la región de Molag Amur, la tribu Urshilaku de Cenicia y la Hendidura Oeste (firmes creyentes del culto del Nerevarino), y la tribu Zainab de la región de Las Praderas; más allá de ellos, se pueden encontrar algunas tribus cenicias dispersos por otros territorios. A menudo has surgido disputas entre estos clanes. Cada uno de ellos es liderado por un kan de cenizas, mientras que el liderazgo espiritual recae en la mujer sabia. Los secretos de las mujeres sabias se pasan de una generación a la siguiente.

Máscara cenicia

Mascara de explorador cenicio

Si un cenicio comete un crimen contra un miembro de otro clan, será desterrado del suyo. Estos parias suelen reunirse en pequeños campamentos en áreas aisladas, y a menudo acaban como trabajadores en las minas o recurren al bandidaje. Los cenicios son por lo general muy orgullosos y no suelen admitir aquellas cosas que los avergüencen, especialmente los hombres; esta tendencia puede haber contribuido a la reputación entre los demás dunmer de que los cenicios no son gente de fiar. Suelen ser muy respetuosos entre sí, pero odian a los extranjeros y se comportan de manera agresiva con ellos.

Los cenicios creen que es vergonzoso atacar a personas desarmadas, pero matarán sin dudarlo a una persona armada si esta les ofende o incumple las leyes del clan. Aquellos que no conocen sus costumbres se arriesgan a ofenderles solo por hablarles. Los desafíos “por deporte” (aquellos que se hacen solo para probar las habilidades de combate) pueden ser rechazados sin que represente una vergüenza, pero no ocurre lo mismo con los desafíos por honor. Los desafíos de honor suelen producirse tanto por una ofensa recibida como por un desafío ritual para afirmar el estatus de un miembro. Un cenicio puede desafiar a un extranjero solo por entrar en su yurta (su tienda) sin invitación; las costumbres varían entre las diferentes tribus, pero normalmente si el visitante se va cuando se lo piden, el desafío puede ser olvidado. El dar regalos es particularmente importante en su cultura. Entre las tribus, un regalo es una muestra de cortesía de un extranjero y una muestra de afecto entre amigos. Un regalo adecuado muestra que el que regala es considerado y se preocupa de los que el que recibe el regalo quiere y necesita.

Religión[]

Todos los cenicios son criados en el culto a los ancestros, mientras que el culto al Nerevarino es considerado un culto aparte dentro de la tradición cenicia. Al contrario que los dunmer de las ciudades, que siguen el culto al Tribunal, los cenicios mantienen el antiguo culto dunmer, basado en la adoración de los tres daedras buenos (Boethiah, Mephala y Azura). Azura es considerado particularmente su protector, y en una de sus profecías se advierte de la llegada de la reencarnación de Nerevar para restituir el orden entre los dunmer y castigar a quienes le traicionaron, conocidos más tarde como el Tribunal. Por creer en esta tradición, los cenicios son considerados herejes por el resto de dunmer y despreciados profundamente.

Además existen algunas otras profecías en forma de versos que han sobrevivido a lo largo de las generaciones. Muchas de ellas se han perdido o han sido distorsionadas, pero se cree que los Sacerdotes disidentes podrían haberlas registrado, preservándolas para la posteridad. Aparte de eso, las mujeres sabias de cada tribu creen que los sueños son profecías, otorgándoles especial importancia y entrenándose en su interpretación.

Historia[]

Primera Era[]

Durante la Era Merética, los cenicios y los demás dunmer tenían los mismos derechos, pero tras la formación del Primer Concilio de las Grandes Casas, se les fue expulsando a las zonas más pobres y hostiles. Viajaban con sus rebaños, acampando donde podían. Se ganaban la vida cazando las criaturas de la isla y usaban los materiales que encontraban para crear cabañas, armaduras, ropa y todo tipo de utensilios. La cultura de los cenicios se basa en la adoración de los antepasados, que evolucionó hasta la teocracia de las Grandes Casas de los dunmer “civilizados”. Al contrario que los dunmer urbanos de las Grandes Casas, no reconocían el poder del Tribunal; de hecho, creían que el Tribunal traicionó a Nerevar en la Batalla de la Montaña Roja y que la magia que hacía de ellos inmortales no se diferenciaba mucho de la nigromancia. Los cenicios son muy xenófobos y rehúyen a los extranjeros, además de ser conocidos por su agresividad con aquellos que no pertenecen a sus tierras. Aun así, si un extranjero realiza una buena acción por un clan cenicio, podría ser nombrado amigo del clan y ser adoptado entre los cenicios.

Segunda Era[]

En el 582 SE, el kan de cenizas de los Urshilaku, llamado Conoon Chodala, se proclamó nerevarino y reunió a su alrededor una gran cantidad de partidarios, que se organizaron bajo el nombre de Exiliados Rojos. Estos empezaron a causar disturbios en su nombre. Su propia hermana, Seryn, no se terminaba de creer su autoproclamación, y ayudó al Vestigio a destapar la verdad. Tras varias pesquisas, y ayudar paralelamente a Vivec a descubrir la causa de la pérdida de su poder, resultó que había robado un artefacto del mismísimo dios, a través del cual le estaba robando su energía divina para utilizarla en su propio beneficio. Una vez descubierto el fondo de la cuestión, fue enfrentado por el Vestigio, y finalmente asesinado por él.

Tercera Era[]

A finales de la Tercera Era llegó el momento tan esperado por los cenicios: se cumplió la profecía del Nerevarino. Los cenicios estaban cautos, ya que había habido en los siglos anteriores muchos falsos encarnados que afirmaban ser el Nerevarino, resultando luego no serlo. Pero en cuanto este manifestó su conexión con la profecía de manera indubitable, fue guiado por los cenicios, en especial por la tribu Urshilaku, en el cumplimiento de la profecía. Este fue a la Caverna del Encarnado a recuperar el anillo Luna y Estrella, tras lo que estaba preparado para ser nombrado Hortator de todos los dunmer. Obtuvo el apoyo de todos los cenicios después de cumplir diversas tareas, y tras enfrentarse al Templo del Tribunal, cumplió la profecía.

Cuarta Era[]

Tras los sucesos del desastroso Año Rojo, la fe en el Tribunal comenzó a decaer. Los sacerdotes disidentes (aquellos que se negaron a adorar al tribunal) se hicieron con el control del templo restableciendo la fe en las “anticipaciones” (Azura, Mephala, y Boethiah) llamándose "el Nuevo Templo". A estos daedras se les dio el título de "reclamaciones", como si estuvieran reclamando su estatus tras la desaparición del Tribunal.

Con la llegada del Nuevo Templo los cenicios fueron respetados de nuevo, ya que habían continuado con la adoración a los daedra (además de a los antepasados) a pesar de la opresión del Tribunal. Los cenicios y su “culto primitivo” fueron alabados como los guardianes de la tradición del profeta Veloth. Muchos Dunmer viajan a los desiertos de ceniza en busca del consejo de las mujeres sabias. Estas mujeres supuestamente abren los ojos de aquellos que estaban "cegados por el Tribunal", y aseguran que la erupción de la Montaña Roja y la Invasión Argoniana es producto de la ira de los tres daedras.

Por juego[]

Apariciones[]

Advertisement