Volumen I
por
He decidido documentar la expedición en busca de Ruunvald en mis diarios con la esperanza de que, si fracasamos, sirvan de algo para quienes nos sigan. Yo mismo me he subido a la espalda de grandes académicos para llegar hasta donde estamos hoy, pasando horas incontables en bibliotecas y colecciones privadas. Seguro que hay algún artefacto de gran poder en esas ruinas, uno que los vigilantes podrían encontrar útil para su misión.
No pretendo parecer pomposo, pero con esta misión me noto como al borde de un precipicio. Estoy seguro de que estamos cavando en el lugar correcto. Lo noto, y por la noche sueño con encontrar Ruunvald. Hasta en las horas de vigilia, casi puedo oír una voz tranquilizadora que me dice que vamos por el camino adecuado.
Hasta el momento, la expedición ha tenido mucha suerte. Tras solo unas semanas, el primer túnel acabó por llegar a un gran pozo que lleva directamente hasta donde sospecho que se encuentra Ruunvald. Con solo un poco de trabajo de carpintería, hemos montado el primer campamento base en el interior de las montañas. Si continuamos con esta buena fortuna, llegaremos a nuestra meta en un tiempo insólito.
M. Sidrey