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Efectos[]
- Incrementa permanentemente el nivel de Mercantil (Morrowind).
- Incremente permanentemente el nivel de Mercantil (Oblivion).
- Incrementa permanentemente el nivel de Elocuencia (Skyrim).
Localizaciones[]
Morrowind[]
- Ald'ruhn: Llether Vari: Encantador.
- Caldera: Irgola: Prestamista.
- Suran: Garothmuk gro-Muzgub: Herrero.
- Recibido como recompensa de Iulus Truptor por completar la misión del Culto imperial "Limosna de Polilla Macho", al duplicar la cantidad de 100 recolectados de los ciudadanos deAld ' ruhn a 200.
Oblivion[]
- Barrio de los Jardines Élficos de la Ciudad Imperial: en la estantería del segundo piso de la casa de Fathis Ules.
Skyrim[]
- En una de las caravanas khajiita.
- En el Colegio de Bardos de Soledad. En un estante del piso superior.
- Respiro del Muerto, en una roca junto a la luz de una vela y detrás de una trampa.
- Dentro del Almacén de la Compañía del Imperio Oriental. Encima de una caja.
- Capilla de Peryite, en un banco a unos metros del santuario.
Online[]
- Dentro de Casa de los Destinado a la Nieve, en Aldea de Roca Desolada.
Contenido[]
Mucha gente se limita a comprar los objetos que necesita al precio que le ofrecen. La situación es lamentable, ya que cuando el juego está abierto a todos, no se requiere invitación para participar. Esto es un juego, el del regateo, al que hay que jugar con seriedad y, aunque odie decirlo, con educación. En Elsweyr, es habitual que el dueño de la tienda ofrezca al posible comprador té o carnes dulces para iniciar una conversación educada antes de comenzar a negociar. Esta tradición tan civilizada y distinguida tiene un fin práctico: permitir que el comprador observe los objetos que están en venta. Se considera una falta de educación rechazar la invitación, lo cual no implica la obligación de adquirir algo.
Independientemente de que esta costumbre particular forme parte o no de la cultura, el hecho de que el comprador y el vendedor se saluden calurosamente y con una sonrisa es acertado, es algo similar a cuando los gladiadores se hacen los honores al comienzo de la batalla.
El regateo se considera una práctica habitual en todo Tamriel, aunque el juego puede acabarse si la oferta de un comprador es tan baja que roza los límites del ridículo y hace que el vendedor se sienta insultado. Si te ofrecen algo por diez monedas de oro, trata de adquirirlo por seis y a ver qué pasa.
No parezcas demasiado interesado, pero no te burles de la calidad de la mercancía, incluso aunque esta lo merezca. Mejor admira la calidad del trabajo artesanal y comenta que, por desgracia, tan solo se trata de que no puedes permitirte un precio semejante. Entonces, el tendero alabará tu gusto. Sonríe, pero trata de resistirte a sus halagos.
La mayor parte del juego se basa en reconocer los tipos de tenderos y en no asumir automáticamente que el mercader rural es un ignorante y se le puede engañar con facilidad, o que los rapaces mercaderes de las ciudades venden productos de muy mala calidad. Es necesario mencionar que las caravanas siempre resultan buenos lugares para comprar y comerciar.
Distinguir qué es lo que se compra y a quién es un talento que se consigue únicamente tras varios años de práctica. Hay que aspirar a conocer las especialidades de ciertas regiones y de sus comerciantes antes incluso de poner el pie en una tienda. También es importante saber de los prejuicios de la región. Por ejemplo, en Morrowind, de donde soy natural, se mira a los argonianos con cierta sospecha. No te sorprendas ni te sientas ofendido si los tenderos te siguen por la tienda, dando por hecho que vas a robar algo. Ocurre lo mismo con los nórdicos, bretones y cyrodílicos en la isla de Estivalia, donde los mercaderes les tratan con frialdad. Por supuesto, no conozco a ningún tendero, independientemente del lugar al que pertenezca y de la mentalidad que tenga, que no permanezca alerta cuando un khajiita o un bosmer entra en su tienda, ni siquiera los propios vendedores bosmer y khajiitas.
Si ves algo que realmente te gusta o interesa, cómpralo y trata de conseguir el mejor precio posible. No sé la cantidad de veces que he dejado pasar una rara e interesante reliquia pensando que podría encontrarla en cualquier otra parte de la región, quizás en una aldea más grande y a mejor precio. Cuando he descubierto que estaba equivocado ya era demasiado tarde y, al volver a la tienda semanas después, el objeto que quería ya había volado. Es mejor hacer una gran adquisición a un precio decente y descubrir después el mismo objeto más barato que perder la oportunidad de poseerlo. A veces, ser impulsivo es la mejor estrategia de compra.
Siente los movimientos del juego y todo el mundo saldrá ganando.