Elder Scrolls
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Artículo principal: Libros (Online)

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Por Selalleth

Los huesos de cada bestia tienen historias que contar. Tienen recuerdos de cuando acechaban entre la hierba o volaban sobre las copas de los árboles. De cuando cazaban y se alimentaban. Cuando creamos flechas con los huesos, preparamos una historia de muerte, y los huesos que elegimos tienen un gran significado. Algunos se mofan de esto o lo consideran ridículo, afirmando que no es más que «una simple flecha», pero los bosmer sabemos que los huesos cuentan las mejores historias.

Los huesos de aves de presa raramente fallan, y aquellos de grandes lagartos y serpientes son rápidos y afilados. Las flechas hechas con presas son ligeras, y las de los cazadores se clavan profundamente allá donde golpean. Las flechas vistosas de advertencia se hacen con huesos de primates. Mientras más peligrosa sea la bestia, más mortal será el resultado.

He aquí algunas de las muchas que conocemos:

La cucaracha de río, que mora en las cálidas profundidades, está llena de espinas venenosas que inducen un sueño plagado de pesadillas. Tiene el tamaño de un gran perro, es perezosa y fácil de atrapar, pero es difícil de manipular y no sirve de alimento. Una flecha elaborada de su denso costillar y su columna lleva el peso de los lentos ríos y de un sueño tormentoso, y entorpece los sentidos del enemigo.

Las heridas con flechas de tigre senche desangran a los enemigos. Han de ser talladas filosas y crueles, como las garras de la bestia. Son rápidas y silenciosas, y recuerdan la forma en la que acechan entre la hierba alta y arremeten, sedientos de sangre caliente. Los huesos de un tigre senche que murió a manos de otra persona no hablan con el mismo poder, pues el respeto debe ganárselo uno mismo.

Los viejos susurros dicen que las flechas hechas con la poderosa bestia del pantano, el wamasu, llevan una chispa que vibra en el interior de los huesos. Perseguir a esta bestia es una tarea digna, pues se esconde en las profundidades de la Ciénaga Negra y asesina a casi todo lo que se topa con ella. Sus huesos brillan negros como la noche, y causan hormigueo al tocarlos. Su poder perdura por años.

Estas verdades no suelen ser escritas, al igual que mucho del conocimiento de mi pueblo, así que tratadlas con honor. Tened en cuenta que cada arquero prefiere una bestia distinta y forma un vínculo con ella a través de la caza. Que encontréis la vuestra, y que vuestras flechas nunca yerren.

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