Elder Scrolls
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E lettern nuestra anterior discusión sobre los enanos (o "dwemer", utilizando la terminología académica más correcta), nos detuvimos en las propiedades de su arquitectura y sus artilugios metálicos. Reanudando la discusión sobre la raza perdida de Tamriel, examinaremos las maneras en que los enanos hacían la guerra y lidiaban con los intrusos. Al contrario de otras culturas que aún existen, los enanos construían complicadas máquinas de las que dependían para una amplia variedad de tareas castrenses; en cambio, las armas y armaduras que crearon únicamente para ser blandidas por guerreros enanos muestran un número considerablemente menor de puntos de progreso más allá del diseño básico.

Empecemos analizando esas armas y armaduras más básicas. Cualquiera que haya tenido en las manos un hacha o un yelmo de los enanos puede dar fe de la calidad imperecedera de los objetos fabricados por ellos. Las armas no se desvían considerablemente de su función básica. Las espadas enanas atraviesan armaduras ligeras con increíble efectividad, sobre todo debido a lo afilado del metal enano templado y, en menor medida, a su sencillo diseño de doble filo.

Si comparamos una daga enana, afilada y angulosa, con un arma de filo curvada de los elfos, podemos afirmar con bastante lógica que los armeros enanos confiaban casi exclusivamente en crear primero materiales de calidad, y simplemente permitían que la forma de esos materiales fluyera del método por el que esa arma se había creado para matar gente.

Como cultura basada en construcciones casi exclusivamente subterráneas, no es ninguna sorpresa que las armaduras enanas estén fabricadas para resistir golpes increíblemente fuertes. Nuevamente, el hecho de que también sean resistentes a la perforación por parte de flechas o armas de filo pequeñas es más un ejemplo de la superioridad de la metalurgia enana que de la superioridad en la fabricación de armaduras. No obstante, sería erróneo concluir que los artesanos enanos no se tomaban muy en serio la fabricación de sus armas y armaduras. Cada objeto de guerra que he examinado muestra una apreciable cantidad de detalles innecesarios y personalizados que es igual de evidente a día de hoy entre los herreros más dedicados.

Un herrero enano probablemente procediera de una larga tradición que se distinguía por la forma en que, pongamos por caso, empuñar una maza daba cierta sensación, o por el diseño de la punta de cada flecha. Aunque, dada la llamativa escasez de artefactos culturales más allá de las propias armas o armaduras, esto es solo pura especulación.

La última, pero probablemente la más importante discusión de este volumen, concierne a la existencia de maquinaria enana. Los enanos crearon y manufacturaron a gran escala miles de aparatos mecánicos de complejidad variable. El más sencillo de ellos es el "arácnido" básico, diseñado para repeler a los intrusos. Todavía no tenemos claro cómo fueron capaces de dar vida a estas máquinas notablemente inteligentes, pero he presenciado cómo una perseguía a un ladrón altamente entrenado durante varias horas, para finalmente sorprenderlo cuando trataba de forzar una cerradura en busca de tesoros. Admito que he olvidado los detalles posteriores al inicio del lanzamiento de rayos contra el intruso.

Las máquinas militares enanas también abarcan desde el guerrero "esfera" de tamaño humano, que patrulla por el interior de las ruinas con el aspecto de una bola inofensiva hasta que se revela como un autómata blindado y fuertemente armado, al justamente temido "centurión", cuya altura puede doblar o centuplicar la estatura humana según los testimonios a los que se otorgue verosimilitud.
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