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Por Telenger el Artífice
El origen de las piedras rúnicas místicas diseminadas por Tamriel es oscuro e incierto. Incluso su naturaleza y su composición material generan acalorados debates entre los sabios de la Torre de Cristal. El venerable Ancirinque, sapiarca de la historia mítica, afirma que ciertos pasajes complejos del Diario de Torinaan sugieren que las piedras rúnicas ya estaban aquí cuando el Antenavegante llegó de la antigua Aldmeris. Sin embargo, Nolin el Multicolor, sapiarca del encantamiento, sostiene que datan de la Era Merética temprana y que son consecuencia de un experimento fallido de un mago ayleid.
Independientemente de su origen, tras generaciones de estudio por parte de las mejores mentes mágicas de las islas de Estivalia, se han conseguido identificar casi todas sus propiedades y se conocen bien sus usos para el encantamiento de armas, armaduras y ornamentos. Su clasificación general se divide en tres categorías que los magos modernos hemos denominado Potencia, Aspecto y Esencia.
A efectos de encantamiento, estos tres tipos de piedras rúnicas pueden entenderse como místicamente complementarias, pues es necesario combinar una de cada categoría para poder crear un «glifo», el término empleado para referirnos a la sustancia mágica que utilizamos para dotar a un objeto del poder de la hechicería.
Pero aunque sabemos cómo usar las piedras rúnicas para crear objetos mágicos, el enigma sigue sin resolverse. ¿Qué son? Como ya hemos dicho, las tres categorías estándar son Potencia, Aspecto y Esencia, pero ¿qué significan? Quien las designó de este modo fue el gran Phariiz el Absurdo, pero cuando le preguntaron por su significado, se limitó a encogerse de hombros y a responder: «Son los nombres que consideré adecuados».
Incluso el hecho de que haya tres tipos de piedras rúnicas es motivo de debate, pues parece contradecir el Teorema de Anu-Padu, que plantea que la dualidad es la base del Aurbis. Camilonwe de Lillandril afirmaba que era imposible que hubiera tan solo tres tipos de piedras rúnicas y dedicó los últimos doscientos años de su vida a buscar el cuarto, convencido de que la clasificación adecuada exigía que tales entidades aparecieran en pares duales. Nunca encontró su «cuarta piedra rúnica», a la que llamó Celeridad, pero insistió hasta el final en que su teoría era sólida.
¿Camilonwe estaba en lo cierto? ¿Existen las piedras rúnicas de Celeridad, pero se encuentran en algún estado de la realidad que hace que sean imperceptibles para los mortales comunes? Sin duda, se trata de una pregunta que, de momento, nadie puede responder.
Apariciones[]
- The Elder Scrolls Online (primera aparición).