Elder Scrolls
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Artículo principal: Libros (Online)

Localizaciones[]

  • Pico Desprecio, Puerto Gélido.
  • Torre de las Mentiras, Puerto Gélido.

Contenido[]

En verdad, «El tratado de Merid-Nunda» es una de las obras más extrañas e incomprendidas de la historia mítica que nos ha llegado de la Primera Era. Solo existe en forma de manuscrito parcial una única copia que se encuentra en la biblioteca de la Universidad Arcana de la Ciudad Imperial (o al menos existía, porque desde, que se culpó al gremio de magos de la desaparición del emperador Varen y se los expulsó de Cyrodiil, no sé qué se habrá hecho de su admirable biblioteca).

Por fortuna, tuve oportunidad de estudiar el tratado mencionado en detalle mientras el gremio todavía estaba en posesión de él, y me hice una copia para mi uso personal con la que continuar desentrañando sus misterios una vez regresara a Elinhir.

El problema de entender «El tratado de Merid-Nunda» es doble: primero, está claro que el documento que nos ha llegado forma parte de una obra más grande, y se extrajo al parecer de algún lugar en el medio; y sin las partes anteriores y siguientes de la misma, tenemos poco contexto para entender el resto. En segundo lugar, el tratado está escrito en un argot peculiar que emplea frases ayleid en una sintaxis nédica tardía, incluidas muchas palabras de origen desconocido que no aparecen en ninguna otra fuente.

Sin embargo, extrapolando a partir de fragmentos ya traducidos por Wenegrus Monhana y Herminia Cinna, creo que puedo arrojar algo de nueva luz sobre ciertos pasajes esenciales de este misterioso manuscrito. El formato será proporcionar la traducción de cada pasaje, seguida de la interpretación que doy de su significado.

«[...] eran conocidas como las Nueve Coruscaciones, que seguían las parábolas que se alejaban de Magnus. Merid-Nunda era de estas hermanas, igual que Mnemo-Li, igual que Xero-Lyg, igual que...».

Esto parece identificar al «príncipe daédrico» Meridia con los llamados Huérfanos de las Estrellas, esas ur-entidades anúicas que se separaron de Magnus cuando el divino se retiró de la creación del Aurbis. Es probable que la más conocida de estos huérfanos sea Mnemoli, la Estrella Azul, que está asociada con sucesos no temporales, y se decía que era visible incluso en el cielo diurno en los tiempos de la paradoja dragontina.

«[...] así apelamos a Cenedelin para que ate la tierra, mientras hablamos con Merid-Nunda en relación a la luz, porque ella es la chispa que no teme a la oscuridad y nada en las olas que atraen y giran...».

Para los ayleid, claro, la Luz era uno de los cuatro elementos de la creación, y este pasaje parece confirmar que Meridia encarnaba la Luz para los elfos salvajes. Aunque estoy seguro de la traducción de este pasaje, confieso que el significado de las frases finales se me escapa.

El pasaje siguiente fue bastante difícil, pero su traducción añade un episodio del todo nuevo a los relatos de la Era del Amanecer:

«Los Señores de los Reinos del Caos reprendieron a Merid-Nunda por su transgresión y le ordenaron que regresara a Aurbis, reclamando para ellos todas las esferas existentes. Pero Merid-Nunda formó de su sustancia una gran lente de arrastre, y la luz de Magnus se vio doblegada por ella. Los rayos [¿Tallaron? ¿Enfocaron?] una nueva esfera a partir del caos, que Merid-Nunda, [¿Riendo? ¿Centelleando?], reclamó como suya».

Esto parece relatar el origen de las Salas Coloridas, como se conoce al reino de Meridia en Oblivion, al parecer formado directamente de la materia del caos por un acto de voluntad divina.

Y, por último:

«[...] así Merid-Nunda [¿Cabalgó? ¿Se deslizó?] por el camino del arcoíris de una punta a otra, en un extremo estirando al Dragón; y, en el otro, comprimiéndolo [...]».

Sin duda, un pasaje curioso. El «Dragón», por supuesto, se suele referir tradicionalmente al divino que conocemos como Akatosh, el Dios del Tiempo. Esto parece sugerir que al viajar por el «camino del arcoíris» (¿Una referencia a la refracción prismática de la luz?), Meridia puede, en cierto sentido, alterar la velocidad a la que transcurre el tiempo.

¿Alterar la «velocidad» del tiempo? ¿Es un mero concepto absurdo de los desaparecidos sacerdotes brujos ayleid o una visión genuina de la naturaleza de uno de los príncipes daédricos menos comprendidos?

¿Quién sabe?

Apariciones[]

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