Elder Scrolls
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Por Yasra al-Ash'abah

Piedras de arena y pantano

Con el señor liche de Gideon derrotado, me dirigí al norte, pasando por Fuerte de la Tormenta para despedirme del hist y su pueblo antes de salir de su desolado pantano. La primera noche en el sur de Morrowind, acampé en un gran bosque de hongos.

Con carne fresca de nix en la hoguera, noté algo en las rocas y piedras que había cerca de mi campamento. Varias rocas grandes se alzaban, distantes, erigidas por manos desconocidas en lo que serían muchas décadas, sino siglos, antes. La más grande y cercana a mí fue la razón por la que escribo esto.

De niña, mi padre me llevó a los establos de lord Aswala a pagar los impuestos de la tribu y soportar las miradas de los Proscritos. Por el camino, nos vimos atrapados en medio de una gran tormenta de arena y encontramos refugio en una cueva.

«Hija», me dijo mi padre. «Busca agua en la cueva, como te he enseñado».

Con un «Sí, padre», me adentré en ella. No había agua, pero encontré algo grandioso en una gran caverna, a gran profundidad por debajo de los establos.

En el centro había grandes piedras con extrañas palabras grabadas en ellas. Tuve la sensación de que las oía llamarme. Alargué la mano y toqué la piedra. Entonces, una mano me tapó la boca, ahogando mi grito y cortándome la respiración hasta que me desmayé.

Me desperté horas después ante el rostro de mi padre, con sus ojos despojados de la alegría habitual.

«Hija, debemos irnos de aquí. Vendrán más». Mi padre nunca me contó lo que les sucedió a mis atacantes. Por las manchas que tenía en la ropa, supongo que nada bueno.

«Pero, padre, ¿y qué hay de estas piedras? ¿De estos símbolos?».

«Este es un lugar blasfemo, acosado por adoradores de demonios. Mira aquí. Esta palabra está en el lenguaje oscuro de los daedra. Dice ‘Puerto Gélido’».

Así que imagina mi sorpresa, oh, lector, cuando vi la piedra de Morrowind a la luz de la hoguera, con la panza llena de carne de nix, y vi esas palabras escritas en la misma lengua oscura. Las mismas palabras que había visto de niña y en el mismo tipo de roca.

«Puerto Gélido llama, Nirn obedece».

«Puerto Gélido llama, Nirn obedece».

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