
El Dominio de Aldmer[1] es de creación relativamente reciente. Anteriormente dividido en los dos reinos de Isla Estivalia y Bosque Valen, el Dominio de Aldmer tiene sus orígenes en el 830 SE, cuando los herederos de la Dinastía Camoran comenzaron a luchar por el trono de Bosque Valen. Cuando una facción de los bosmer (elfos del bosque) hicieron propuestas de paz a sus enemigos de toda la vida en Cyrodiil occidental - concesiones territoriales a cambio de apoyo para los colovianos por el solicitante de la facción - los altmer (altos elfos) de Estivalia invadieron las naciones de Bosque Valen. Aludiendo a una cláusula de interferencia que aparece en un tratado que se remonta a mil años antes, los altos elfos rápidamente establecieron un gobierno provisional, los Thalmor, en nombre de su propio reclamante, Anaxemes Camoran, cuya línea de sangre había sellado el pacto con el Consejo Aldmeri en primer lugar. Aprovechando que el Imperio cyrodiilico todavía estaba inmerso en la confusión del Interregno, los colovianos fueron expulsados rápidamente de nuevo por el ejército aldmeri. Los otros herederos del trono fueron silenciados, los elfos del bosque agradecieron a sus primos el traer de vuelta la estabilidad, y los altos elfos recordaron a Anaxemes el precio de la ayuda de Estivalia: Cincuenta años de fidelidad al rey de Alinor. El Dominio de Aldmer había nacido.[2]
La escasez de escritos élficos
Gran parte de la culpa de esto se puede atribuir a la Orden de Alessia, que fue incansable en descubrir y destruir los escritos élficos durante su largo dominio. Hoy nos quedan las hermosas herejías de la Anuada, que sobreviven sólo en virtud de su popularidad y proliferación, y quizás una docena más de obras de menor renombre. Sin embargo, esto no explica completamente la escasez de letras élficas. Podríamos recurrir a Dylxexes, uno de los primeros eruditos humanos en busca de otra respuesta. Después de estudiar los registros financieros de la hegemonía Direnni, una familia de comerciantes de los altos elfos que explotaba los reinos humanos de su época, decía lo siguiente: "Estos [registros] pueden ayudar a explicar por qué gran parte de la literatura aldmeri está prohibida, despreciada, o sin traducir, porque he visto [su] parecido antes. Los Direnni eran excesivamente paranoicos o su sistema de economía estaba tan inextricablemente vinculado con el peligroso simbolismo numérico teósofo que gran parte de lo que se registra aquí... requiere precauciones mágicas por parte del lector. [La magia oculta] está incorporada en todas partes en sus escritos... signos y runas sobrenaturales y [correspondencias]... en columnas de gastos o incluso márgenes [que] pueden ser fatales para los no iniciados. Las páginas cruciales fueron cubiertas con la saliva del traductor anterior, que había balbuceado estúpidamente sobre el texto durante días antes de ser pasto de las llamas. |
Los Thalmor reforzaron su control sobre las naciones Bosque de Valen durante la fundación del Tercer Imperio. Las salvajes tribus bosmer se enfrentaron con los estados a lo largo del río Strid, azotados en un frenesí por sus amos los altos elfos. Con el Imperio ahora reunificado bajo Tiber Septim, estos ataques han disminuido; pero algunos campamentos aguardan a ambos lados de la frontera de Bosque Valen, a la espera de una batalla decisiva. En las ocasiones en que los elfos prueban las defensas del Imperio, las legiones les han enviado de vuelta en harapos. De hecho, los colovianos han optado en llamar a su enemigo el Dominio de la "vieja mer", por las afeminadas ofensivas de sus soldados elfos. La situación en el mar, sin embargo, es otra historia, y el Dominio aterroriza a las aguas sureñas desde el Cabo de la Línea Azul hasta la bahía de Topal.[3] Sus hechiceros han pactado alianzas con unos pocos hombres de la Cuenca, los maormer de Pyandonea, y, a partir de este escrito, tal vez incluso con la Confederación Elsweyr. Aunque no se ha realizado ninguna declaración formal de guerra, Tamriel está dividida entre el Imperio y las razas élficas, y Tiber Septim ha hecho saber a los Thalmor que él es el verdadero Emperador de Cyrodiil y heredero de todas sus antiguas comarcas. Los elfos de Tamriel todavía tienen que responder.
Considerando que hemos soportado sus ofensas durante dos mil años, sabemos muy poco sobre los aldmeri. (Tan sólo Morrowind, bajo dominio de Skyrim durante el Primer Imperio, y abierto al viajero y el comercio durante la mayor parte de la Era Común, es algo más conocido). Los elfos de Roca Alta y Cyrodiil fueron ambos borrados o desplazados a la oscuridad hace mucho tiempo. En cuanto a los elfos del Dominio, nuestro conocimiento de sus regiones está limitado a breves ocupaciones imperiales, o a las traducciones que tenemos de su literatura (ver "La escasez de los escritos de los elfos").

De particular escasez es la información sobre cualquiera de los altos elfos o la Isla Estivalia. Durante el Segundo Imperio[4] los embajadores sólo estaban permitidos en la capital de Alinor, por lo que cualquier descripción de la patria altmeri se limita únicamente a esta ciudad, y en otros lugares (ver Lugares de Interés- Alinor). Tan solo podemos ofrecer este breve pero fiable reporte acerca del pueblo alto élfico. Proviene del diario de Eric de Guis,[5] el emisario que los Reman enviaron a los altmer, y el cual vivió entre ellos ca. 2820 PE:

"Los altos elfos se consideran a sí mismos como la única raza perfecta. Durante cientos de generaciones se han reproducido entre ellos para formar una línea de raza pura, y ahora son casi idénticos entre sí en apariencia. La teoría de que los altos elfos no se reproducen tan rápido o tan a menudo como los humanos es falsa. Más bien, y para mi horror, matan a nueve de cada diez bebes en su obsesión por la pureza.
Los altmer desprecian a otros elfos como patanes poco sofisticados y apenas tienen en cuenta a las razas no aldmeri en absoluto. Ellos pagan sus diezmos imperiales, estoy seguro, no por temor a la guerra con los humanos, sino más bien para alejar una invasión que "infecte" a sus islas.

Procrear fuera de la línea pura es un terrible crimen impensable, y se toma a primera vista como evidencia de la sangre contaminada de la persona en cuestión, si lo fuera, ellos no tendrían el impulso de hacerlo. El exilio del continente es considerado como equivalente a una sentencia de muerte, ya que no hay propósito en la vida fuera de su sociedad ideal.
Tienen un gran respeto por el orden y gravitan naturalmente hacia el uso de uniformes y el habla en patrones formales. Sus árboles y su ganado han sido criados para ser lo más estandarizado e idealizado como ellos lo son. No tienen nombres propios reales, sólo combinaciones de números que, cuando hablan en voz alta, suenan para el oído humano como tal. No sienten verdadero afecto por los demás y desconocen el concepto de la compasión.
Son decadentes y narcisistas, y sus propia maneras, costumbres o estilo figuran como su principal valor. Conscientes de su posición aristocrática, se rodean de riquezas y tesoros, de obras de grandes artistas y lo mejor de todo de todo, es que no tienen un aprecio real por cualquiera de estas cosas. Cada uno de ellos se preocupa únicamente de sí mismo, y como resultado crecen sin una socialización real; muestran y mantienen cortesía sólo para demostrar su importancia y poder sobre otros. Raramente hablan a los embajadores humanos de Cyrodiil, y cuando lo hacen, su discurso está lleno de enigmas, o de palabras encantadas que hechizan a uno solo para satisfacer su locura".
Los grandes simios de Bosque Valen
Los grandes simios, o imga, son hombres bestia nativos de Bosque Valen. Ven a los altos elfos como sus señores y amos, y como un retrato de una sociedad civilizada ideal y toman medidas desesperadas para emularlos: usan capas, practican duelos con la espada e intentan hablar con una enunciación perfecta y modales corteses a pesar de sus voces roncas y graves. Cada imga tiene algún tipo de título, ya sea barón, duque, conde o similar, que usan cuando se dirigen a los miembros de los Thalmor (no hace falta decir que no hay grandes simios terratenientes). Los grandes simios más extremos se afeitan el cuerpo y se empolvan la piel de color blanco para parecerse más a los altos elfos. A menudo se cortan en el proceso, creando la imagen verdaderamente patética de un mono blanco desnudo, con la piel rosada salpicada de sangre y pavoneándose por los puestos comerciales de Bosque Valen con fingida nobleza. Los imga creen que los humanos están por debajo de ellos como bestias menores, y fingen encontrar su olor extremadamente ofensivo: un gran simio dirige una esquina de su capa perfumada contra su nariz cuando hay hombres cerca. |
Bosque Valen fue reivindicado como una provincia baldía del Segundo Imperio, y su geografía se describe parcialmente en varios estudios imperiales. Es digno de mención que Bosque Valen no tiene ciudades o pueblos construidos por los propios elfos del bosque. Su estricto "Pacto Verde" prohíbe el uso de madera u otros derivados vegetales como materiales de construcción, y son demasiado impróvidos para aprender el uso de la piedra. La elfos del bosque permitieron que unos pocos caminos fueran construidos por el Segundo Imperio, pero descuidan su mantenimiento, ya que los bosmer no necesitan carreteras para moverse fácilmente a través de la selva más espesa; estos caminos estarían ahora cubiertos si no fuera por los altos elfos de los Thalmor, que los han reparado y ensanchado para el avance rápido de sus ejércitos hacia y desde la costa. Gran parte de la región es un impenetrable manglar y selva tropical, con pocas praderas y áreas de claros hasta más al norte, cerca de la Costa Estridente. Muchos de los puestos de comercio humanos establecidos por el Segundo Imperio han sido abandonados o reclamados por los salvajes- centauros, orcos o imga - que comparten los bosques con las tribus bosmer. Los humanos, en general, han aprendido a no internarse en los bosques de Valen. Mientras que antes dependían totalmente de las caravanas anuales de los colovianos occidentales, los elfos del bosque ahora dependen enteramente de la piratería en el mar del Dominio para lo que necesitan del mundo exterior.
Alinor
Una ciudad prohibida durante casi cinco décadas, Alinor es a la vez la capital de la Isla Estivalia y el corazón del Dominio de Aldmer. Los comerciantes humanos solo estaban permitidos en sus puertos, y estos describieron la ciudad como "hecha de vidrio o alas de insectos". Relatos menos fantásticos provienen de los emisarios imperiales de la dinastía Reman, que describen la ciudad como erguida y brillante, "un remolino hipnótico de murallas y torres increíblemente altas, diseñadas para captar la luz del sol y extraer los colores que la componen, envolviendo sus piedras hasta la agradecida llegada del anochecer". |
En cuanto a los elfos del bosque como pueblo, tenemos que volver de nuevo al prolífico Eric de Guis. Después de un agradecido despido de la Corte de Alinor, se quedó con los bosmer por un tiempo en la ciudad capital de Falinesti, durante su migración veraniega. A medida que la ciudad se dirigió a lo largo de la región costera del cabo, Eric de Guis registró mucha información sobre la cultura de Valen:
"No menos aborrecibles son los bosmer que sus parientes de Estivalia, pero son mucho más cooperativos. A los elfos del bosque les encanta la actividad humana actual, ya que les hace sentirse importantes.
Ellos son exclusiva y religiosamente carnívoros. No pueden, o no quieren comer nada que sea de origen vegetal. Comen de la caza, bestias salvajes, entre otros, o carnes importadas de otras regiones. Esta parte del Pacto Verde es conocida como el Mandato de Carne, y, entre otras de sus normas, dicta que un enemigo caído debe ser comido por completo antes de pasados tres días. Los miembros de la familia del guerrero que mató al enemigo le pueden ayudar a comérselo. Ni que decir tiene que a los elfos del bosque no les gusta participar en grandes batallas, si no han pasado un largo período de inanición.
Aunque son excelentes arqueros, el Pacto Verde obliga a sus arqueros a utilizar huesos o materiales similares, o a comprar arcos y flechas de otras culturas. El uso de artesanía en madera creada por otra raza no está prohibido ni tampoco la venta de su propia madera de Valen siempre y cuando sea recogida por alguien que no sea bosmer.
Los elfos, por supuesto, no puede fumar cualquier cosa de naturaleza vegetal. Las pipas óseas son comunes, sin embargo, se llenan de orugas o larvas de los árboles.

Durante un breve tiempo los ejércitos colovianos utilizaron arqueros elfos del bosque, como en la Guerra de Rihad de hace dos años. Los bosmer resultaron ser demasiado indisciplinados y con tendencia a la deserción para su uso posterior. Ellos a veces entraban en la sombra de un árbol y se desvanecían. Sus habilidades de unión con el bosque son extraordinarias. El título de su poema más famoso, el Meh Ayleidion, significa "Los mil beneficios del escondite".
En los puestos de comercio del Imperio, los elfos del bosque llegan a ser muy felices. Algunas creaciones de carpintería los deleitan en extremo pues la mayoría de estas nunca se les ha ocurrido a ellos. Traen sus propios artículos comerciales: pieles, perlas de río, elaborados dedos de hueso de las manos de sus magos muertos que todavía están encantados y cargados mágicamente. Ellos a menudo compran artesanía en madera que nunca usan o por cuyo uso nunca se molestan en averiguar. Algunos de los más valientes guerreros elfos del bosque utilizar ruedas de carro como escudos, o como (ellos piensan) impresionantes tocados.
Falinesti
La ciudad ambulante del rey bosmer, Falinesti, se encuentra al sur en verano y al norte llegado Fuego Hogar. Es el más grande de los robles graht de Bosque Valen, cuya magia fue invocada en los albores de la historia registrada. El trono de los Camoran se encuentra en algún lugar de las ramas más altas, al igual que muchas otras viviendas naturales. Los elfos del bosque trepan por su superficie como termitas, o se balancean con cuidado de un nivel a otro por medio de enredaderas espinosas. Los humanos generalmente encuentran la ciudad demasiado inestable para permanecer allí mucho tiempo, aunque los grandes simios y los orcos son comunes. Los Thalmor han decidido cambiar la capital de Bosque Valen desde Falinesti a Raíz de Elden mientras dure el Dominio de Aldmer. |
Aunque a veces puedan parecer divertidos, los bosmer tiene un lado bestial. Pueden recurrir a formas de animales si lo necesitan y su más temida transformación es la Caza Salvaje, en la que murió al rey Borgas por las "injusticias" de su fe alessiana. La Caza Salvaje es un conjunto de transformaciones bosque-demonios y animales-dioses, aumentando miles de veces su fuerza, que arrastra a través del campo matando todo a su paso. A los elfos del bosque no les gusta hablar de la caza, y tengo entendido que no se sienten orgullosos de este poder en absoluto. Gomini, mi compañero bosmer en los últimos tiempos, me dice que la caza es utilizada para la justicia, pero también " cada monstruo que haya sido visto alguna vez en el mundo proviene de una caza previa. Aquellos bosmer que se vuelven salvajes, ya no regresan"."
Se aconseja al viajero evitar las tierras del Dominio de Aldmer. Aunque los Thalmor tienen representantes en la Ciudad Imperial, y el gran visir cyrodiilico Zurin Arcto se ha reunido con el rey de Alinor, el contacto con los bosmer y los altmer es a menudo desagradable para el ciudadano común imperial. Evite sus libros y magia. Use el armamento pertinente cuando esté cerca de sus fronteras y si usted es valiente y capaz, solicite prestar su servicio en las legiones.
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