Elsweyr es la más joven de las regiones modernas y la única que ha sido establecida durante la Segunda Era, hace casi seiscientos años. Está habitada por una raza extraña de hombres bestia inteligentes, que se llaman a sí mismos los khajiita en su lengua nativa. Estos khajiitas son todos de aspecto felino, algunos mucho más que otros. Un clan muy particular incluye a un grupo de cazadores cuyos machos tienen la apariencia de jaguares erguidos, unos hermosos jóvenes que podrían pasar por elfos de no ser por su agitada cola, un espécimen o dos que podrían acechar el perímetro a cuatro patas, y un jefe que, dependiendo de las lunas de su nacimiento, podría tener la forma de cualquiera de los anteriores. El khajiita atribuyen su improbable biología al funcionamiento del ja-Kha'jay (las "Cuerdas lunares," o "Entramado Lunar"), un fenómeno mágico y semi-divino que se cree que se deriva de la influencia de las lunas gemelas de Tamriel, Masser y Secunda. De acuerdo con la tradición indígena, un khajiita nacido mientras Masser está en fase llena y Secunda en cuarto creciente crecerá para convertirse en un cathay-raht , uno de los citados hombres-jaguar, mientras que uno nacido en las condiciones opuestas será poco más inteligente que un gato domestico. Incluso el tigre senche, el mayor gran felino que existe, ha demostrado ser una forma más de los khajiita; estas grandes bestias pueden encontrarse a menudo sirviendo como corceles de sus primos más humanoides. Más de veinte formas se han documentado entre los hombres-gato de Elsweyr, y, en su propia sociedad, al menos, ninguno de ellos es más importante o intrínsecamente mejor que otro (con la excepción de la forma Melena, que se describe en breve). Sin embargo, los ohmes, o "el khajiita con cara de hombre“, son las que más comúnmente se ve fuera de la provincia, como la mayoría de los aventureros y los diplomáticos que provienen de esta, la más discreta de las "razas".
El Melena no es más que una "raza" de khajiita como las otras formas más comunes de los hombres gato; él es simplemente único. La tradición khajiita sostiene que solo una melena puede estar vivo al mismo tiempo; de hecho, creen que solo hay una Melena, que simplemente renace en diferentes cuerpos. Sea como fuere, no ha habido ningún caso registrado de múltiples Melenas luchando por el poder; No se puede determinar si esto se debe a la verdad de la creencia khajiita, o si el gobernante Melena se encarga de eliminar a los rivales potenciales antes de que puedan madurar. Un Melena solo puede nacer bajo una rara alineación de Masser y Secunda cuando, según la leyenda, aparece una tercera luna en el cielo. En la antigüedad, los khajiitas se afeitaban sus propias melenas en deferencia al Melena, trenzándolas en mechones que él incorporaría a su propia melena gigantesca. Con el tiempo, a medida que la población de la región crecía, este ritual se volvió impráctico. Ahora, aunque todos los khajiitas todavía se quitan las melenas, lo hacen en gran parte como un sacrificio simbólico. El Melena actual todavía usa los mechones y trenzas de su propia tribu, así como los de su Guardia Guerrera, que abarca cientos de khajiitas. Está tan abrumado por el cabello de sus parientes que no puede moverse sin ayuda y, a menudo, viaja por el campo en un palanquín. |
Hasta hace relativamente poco, la insurrección casi constante y la guerra tribal entre los hombres-gato rara vez perturbó el escenario de la historia. En el 309 SE, sin embargo, Keirgo de Anequina y Eshita de Pellitine combinaron sus vastos reinos feudales para crear Elsweyr, lo que desató una gran lucha de clases que brevemente amenazó con atraer la intervención externa. El poder pasó de dos reinos separados, cada uno con su propio gobierno central y las tribus aliadas, a una nobleza asediada por estas tribus, que sentían que sus clases dirigentes los habían traicionado. Los caudillos olvidaron sus antiguas rencillas por el azúcar y firmaron los tratados de su propiedad (registrado, por cierto, a través de tatuajes faciales), y en poco tiempo las ciudades de la antigua Anequina estaban bajo ataque constante. Keirgo solicitó al Imperio en busca de ayuda, pero acababa de perder a su propio gobernante, el Potentado Versidue-Shaie, y estaba en un desorden similar. Cuando la antigua capital, Ne Quin-al, cayó en manos de los rebeldes, parecía que Elsweyr pronto estallaría bajo el peso de su propia unión. La paz se restableció, sin embargo cuando el líder espiritual no partidista khajiita, el Melena Rid-T'har-ri'Datta, "otorgó la igualdad de clases bajo la sombra bi-lunar, dividiendo su poder de acuerdo con la danza de las dos lunas del ja-Kha’jay”. Lo que esto estableció, en un sentido más comprensible, fue una base de poder rotacional basado en ambos lados de la sociedad khajiita, los habitantes de la ciudad bajo la nobleza y los jefes del desierto de las tribus nómadas, compartieron control alternativo de la región basado en las fases de Masser y Secunda; los términos de esta medida, el Riddle-T'har, fueron supervisados por la dictadura apenas velada por el propio Melena. Desde entonces, Elsweyr se ha retirado en un secretismo que apenas ha sido violado en quinientos años.
Geográficamente, Elsweyr es una zona dura de tierras baldías y llanuras secas. Sólo cerca de la parte sur la tierra se vuelve fértil, y la totalidad de esta región está cubierta de selva y bosques tropicales, con arboledas de caña de azúcar agrupándose contra las dos principales cuencas fluviales. El antiguo reino de Anequina ocupa el norte, y ha sido históricamente una amenaza para cualquiera de los primeros cyronórdicos o los posteriores imperios cyrodiliicos. De hecho, Pelinal Descarga Blanca , jefe militar de Nibenay en la matanza de los elfos, confundió a los khajiita con otra especie del aldmeri y mató a muchos de ellos antes de darse cuenta de su error.
Es comprensible que el ja-Kha'jay haga de la cultura de Elsweyr algo extraño y ajeno. Es una afección peculiar, que al parecer, a primera vista, está relacionada con la licantropía. No es, sin embargo, contagiosa o de efecto temporal como esta última. Un khajiita conserva la forma de su nacimiento durante toda su vida, y las lunas, mientras, determinan esa forma, no afectándolo de ahí en adelante. No se conocen cambios de forma khajiita. En general, los hombres-gato de Elsweyr son una parte bestia, víctimas de su propia anatomía sobrenatural. Se enfurecen muy rápido, impredecibles y peligrosos, aunque por separado no es rival para un legionario imperial. También vale la pena señalar que las llamadas características "humanas" que se encuentran entre muchos de los khajiitas son, de hecho, claramente élficas en apariencia, sin duda demostrando de una vez por todas las predilecciones más bajas de la Raza Antigua.
Esto no quiere decir que Elsweyr no tenga cierta apariencia de civilización. El khajiita camina erguido y vestido a una aproximación cercana de la cultura humana moderna. Visten con un colmado chal, comúnmente de brillantes estampados de tela, para protegerse del inclemente sol y de los cortes de un sable. Su principal atuendo, el budi, o camisa, se sujeta en trenzas que caen por el lado derecho, no permitiendo que ninguna parte del pelaje del torso este a la vista, pues se cree que es altamente indecoroso. Joyería y bisutería a menudo adornan el vestuario, y los tatuajes son muy populares. En algunos sectores, incluso pueden tener un significado religioso y jurídico. Una tendencia reciente entre los más jóvenes ohmes es la aplicación de tatuajes faciales felinos que los hacen parecerse a sus hermanos más horribles y salvajes. El arma de elección obvia entre los khajiita son sus garras, naturalmente afiladas y retráctiles. Otros, sin embargo, han dominado el uso del sable y la cimitarra, la daga y el arco largo. No hay un ejército permanente en Elsweyr, y los hombres-gato nunca han mostrado una inclinación expansionista. De hecho, han perdido territorios en los últimos cincuenta años con la secesión de sus territorios fronterizos (ver Rimmen).
Las dos lunas de Tamriel están inextricablemente vinculadas a la sociedad de los khajiita, que adoran a sus diferentes fases, y la combinación de estas, como si fueran dioses. Por lo tanto, cada "raza" de khajiita tiene su propia deidad protectora. Anteriormente se creía que esta práctica no era más que otro sistema pagano de adoración común entre los hombres bestia de Tamriel, pero los estudios recientes de la religión comparada han demostrado que los dioses lunares de Elsweyr son meramente las divinidades del Panteón imperial (Stendarr, Mara, Kynareth, etc.) disfrazadas. Hallazgos similares han revelado que el dro-m'Athra, o espíritus oscuros de Elsweyr, que corresponden a las fases inversas de Masser y Secunda, son los aspectos de los poderes más universales daédricos. Los khajiita también creen que sus dioses otorgan regularmente bendiciones a su pueblo elegido, en la forma de azúcar lunar, una sustancia natural del Bosque de Tenmar en el sur de Elsweyr. Este azúcar tiene una variedad de usos; es alternativamente un condimento y un ingrediente mágico, una fuente de comunión con las lunas santas y una droga peligrosa y adictiva. Los khajiita dicen que es "luz de la luna cristalizada," atrapada en el agua del mar Topal y llevada a los campos de caña de azúcar de Tenmar por la fuerza de la doble marea. Al tomar el azúcar, el khajiita cree que está consumiendo pequeñas porciones de alma eterna de sus dioses. Esto los lleva a un ataque de éxtasis y abandono, y las calles de las principales ciudades del Elsweyr están llenas de hombres-gato temblorosos en las garras del ataque de azúcar. Un derivado particularmente peligrosos del azúcar lunar, conocido como skooma, es a menudo fumado en forma cruda a través de una pipa de agua por el más patético khajiita; sus víctimas son adictos de por vida, y en constantes estados alternados de euforia y letargo. Sin embargo, el azúcar lunar es una parte de la vida diaria del khajiita, y la principal exportación del reino. La comida de Elsweyr es invariablemente dulce; caramelos, pasteles, pudines y comidas azucaradas son los alimentos básicos de la dieta khajiita, y se advierte a los viajeros a Elsweyr de ser participes de probar cualquier comida nativa. Los humanos, al parecer, son aún más susceptibles a los efectos del azúcar lunar que los propios hombres-gato.
Torval
Torval es la ciudad-estado del gobernante espiritual y temporal de Elsweyr, el Melena. Él y su tribu viven aquí en palacios majestuosos y exóticos construidos con enormes maderas de roble de Bosque Valen, cuyas fronteras territoriales están a solo unos cientos de millas de distancia. Jardines simétricos de caña de azúcar rodean estos palacios, donde a menudo se ve al Melena en largas jornadas de meditación sobre su palanquín, sostenido por sus inagotables sirvientes cathay-raht. Como se ha dicho, el azúcar lunar de Elsweyr es la sustancia más sagrada para el khajiita. Hablan del azúcar como podríamos hablar del alma o de la fuerza vital. Por lo tanto, tradicionalmente se ha prohibido a los humanos invadir estas propiedades, y la Guardia Guerrera hace cumplir esta medida tan estrictamente como lo hacen en el Bosque de Tenmar. No hace mucho que un diplomático imperial fue expulsado de las instalaciones, a pesar de que le habían prometido una audiencia con el gobernante khajiita. El Guerrero Guardia, parecido a una pantera, siseó cuando se acercó, le enseñó los colmillos y lo amenazó con que se fuera rápidamente, para que no "derramara su azúcar" en la arena. Nuestro Glorioso Emperador, Tiber Septim, aún tiene que buscar compensación de los hombres gato sin ley. |
Lugares de interés:[]
Senchal[]
Esta ciudad infame es el puerto más grande en el sur de Tamriel. Su aglomeración cubre la punta más oriental de la península Quin'rawl de Elsweyr, un variado surtido de bazares, tabernas, barrios comerciales y mercados al aire libre rodeados por tres lados por sus puertos llenos de gente. Senchal es un punto de parada preferido de piratas y capitanes de mar que buscan manejar mercancías ilegales o artículos en el mercado negro, siendo mucho más fácil el contrabando de estos productos dentro y fuera del Imperio por el camino del mar Topal, que utilizar las carreteras interiores bien vigiladas. Los ladrones abundan aquí, al igual que los mendigos y los patéticos khajiitas adictos al azúcar. Se aconseja al viajero a mantenerse alejado de Kiergo Negro, el barrio más sórdido y peligroso de Senchal, cuando visite la ciudad. Ilícitos antros de azúcar se alinean en sus calles, donde hombres bestia y nobleza por igual se marchitan en las fiebres de la sacarosa. En definitiva, Senchal es la ciudad más repulsiva fuera de la jurisdicción imperial. El aire es húmedo y lleno del humo de las chimeneas atrapado en los remolinos de las costas circundantes. Gran parte de la ciudad está abandonada o en ruinas. En el 560 SE, una cepa de la gripe knahaten se extendió a través del canal de la cercana Argonia y rápidamente infectó a la población de la ciudad. Barrios enteros fueron arrasados en un esfuerzo loco por limpiar Senchal de la gripe y nunca han sido reconstruidos. Los visitantes de los mercados al aire libre pueden ver este horizonte carbonizado en la periferia, tan negro y mellado como los dientes del drogadicto de azúcar más cercano, rogando por un pastel.
Rimmen[]
Aunque ostensiblemente es su propio reino, Rimmen todavía paga tributo al Melena de Elsweyr, de cuyo ámbito se separó en el 812 SE durante el Interregno. Más temprano, los refugiados akaviri habían huido de la persecución cuando el señor de la guerra Attrebus aspiró brevemente al trono imperial. Attrebus, aunque ya no duró lo que la mayoría de los reyes pretendiente de ese período, pensó que podría deshacerse de los extranjeros de Cyrodiil que habían gobernado durante la primera mitad de la Segunda Era, y empujó a los akaviris a pasar las fronteras del Imperio con Elsweyr. Los khajiitas les concedieron asilo en las colinas y las estepas del noroeste de Elsweyr, donde habitaron en relativo aislamiento hasta que los descendientes del Dir-Kamal resurgieron en Cyrodiil, apoderándose del trono de los sucesores de Attrebus. Rimmen (literalmente, los "Hombres del Borde", como los khajiita los llaman) se unió a sus hermanos para tratar de reconstruir el Imperio. Este esfuerzo estaba condenado al fracaso, pero no antes de que los khajiita intentaran reclamar sus tierras en una serie de sangrientas guerras fronterizas. Actualmente, desde la ascensión de Tiber Septim, el desventurado Rimmen han vuelto una vez más a la protección del Melena, con un renovado tributo pagando por la garantía de independencia del Señor de los Gatos, una caña verdaderamente débil sobre la que apoyarse.