

Páramo del Martillo es el eterno desconocido entre las tierras de los humanos, es considerado por el ciudadano imperial como el oscuro y exótico oeste de Tamriel o su más tempestuosa y peligrosa región, llena de bárbaros y asesinos. Ambas descripciones son aptas, y pueden ser igualmente atribuidas a sus gentes, los orgullosos y salvajes guardias rojos.
Hace unos tres mil años el continente de Yokuda sufrió un cataclismo que hundió la mayor parte de ella en el mar, conduciendo a su pueblo hacia Tamriel. La mayoría de estos refugiados llegaron hasta la isla deshabitada de Herne, mientras que el resto continuó hacia el continente. Esta vanguardia "ola guerrera" de yokudanos, los Ra Gada , irrumpieron en la región, matando y esclavizando a los nativos salvajes y aldeanos nédicos que encontraron a su paso, y sangrientamente allanaron el camino para sus compatriotas que esperaban en Herne, incluyendo el Na-Totambu, sus reyes y órganos de gobierno. Los feroces Ra Gada se convirtieron, fonéticamente, en los guardias rojos, un nombre que se ha extendido para designar a la raza yokudano-tamriélica en general. A la larga, desplazaron a las gentes nédicas, pues su propia agricultura y sociedad estaba mejor organizada y mejor adaptada al entorno duro de Páramo del Martillo. Tomaron muchas de las costumbres, religión y lenguaje nédicos por ellos mismos en el proceso, y eventualmente contactaban con las tribus bretonas y colovianas circundantes acelerando su propia asimilación en el gran teatro tamriélico. Yoku, el lenguaje oral guardia rojo, fue sustituido casi en su totalidad debido a la necesidad del comercio exterior y el aumento de tratados.
Bajo la organización provincial del Segundo Imperio, los guardias rojos formaron dos "partidos" para ayudar a la administración de Cyrodiil de Páramo del Martillo. La antigua clase gobernante Na-Totambu retuvo los derechos de noble consejo como los Coronas, y los admirados guerreros Ra Gada finalmente garantizaron los derechos de propiedad dentro de sus distritos tribales. Este empoderamiento cambió fundamentalmente a los Ra Gada , que comenzaron a llamarse a sí mismos los Antepasados, anunciando firmemente su condición como los primeros guardias rojos sobre Tamriel. Esta república, sin embargo, duró sólo mientras los cyrodiiles eran lo suficientemente fuertes como para soportarla. Durante el Interregno imperial, el control volvió de nuevo a la monarquía hereditaria de los Na-Totambu. El nuevo "Rey supremo" fue incluso tan audaz como para mover su trono desde el Viejo Hegathe a la más próspera ciudad de Centinela, la cual, por aquel tiempo, dominaba una tercera parte del comercio de la Bahía de Ilíac.

Thassad II fue el último de estos "reyes supremos". Después de su muerte en el 862 SE, los honorables Antepasados retomaron Centinela por la fuerza. Entonces el príncipe Corona, A'tor, zarpó desde Stros M'kai para vengar a su padre, dando como resultado una de las masacres más sangrientas de la historia tamriélica. Tiber Septim, en su deber que le corresponde como heredero de la dinastía Reman, respondió a las suplicas de ayuda de los Antepasados , enviando a sus hombres para poner fin a la loca carnicería del príncipe. A'tor encontró imposible aguantar contra la superioridad de las legiones imperiales; muchos de los Coronas lo había abandonado después de ver la gloria del renacido Imperio. Él y unos pocos leales huyeron a Stros M'kai, tenazmente perseguido por la Armada Occidental, donde fueron sonoramente derrotados en la batalla de Bahía Hunding. El emperador, sabiamente, estimó que lo mejor era asumir la responsabilidad de la restauración lícita de Paramo del Martillo como una república y territorio provincial,[1] donde actualmente los guardias rojos pasan sus días como orgullosos súbditos[2] del nuevo Imperio Cyrodiilico.
Físicamente, los guardias rojos pueden ser intimidantes para un forastero, con su piel y pelo lanoso oscuro, alto y flaco, y un marcado tono físico. Las costumbres y ropas difieren según la zona: los guardias rojos de Elinhir son colovianos en cuanto a moda y gustos, mientras que algunos en Rihad van desnudos por las calles. En conducta, son altivos y fácilmente irritables, y por último, obsesionados con el honor personal. A pesar de que es ampliamente sabido que Paramo del Martillo es el hogar de los mejores guerreros del Imperio, ellos no son sino soldados indiferentes, reacios a someterse a la autoridad o soportar la disciplina militar, y pocos sirven en las filas Rubí. No hay ejército permanente en Paramo del Martillo, sólo milicias pagadas de los a menudo controvertidos estados fronterizos y a lo largo de su costa. La tradición antigua ha predispuesto los guardias rojos a órdenes caballerescas, aunque, habitualmente al servicio de las familias reales. Los iniciados de estas órdenes deben demostrar su valía en peligrosas, incluso mortales, pruebas de habilidad. Los jóvenes de la Corona Totambu, por ejemplo, deben navegar a las ruinas dwemer de Stros M'kai, para superar sus trampas mortales y "luchar contra sus seres mecánicos de nuevo activados" antes de que puedan unirse a los Caballeros del Escarabajo. La más severa Orden de Diagna, por otra parte, escenifica una recreación anual del Asedio de Orsinium, donde sus iniciados deben desempeñar el papel de los orcos....
Los enanos
El nombre original de Páramo del Martillo era Volenfell, llamado así por la "Ciudad del Martillo" dwemer, cuyas ruinas yacen casi sumergidas por las arenas del Alik'r. La leyenda sostiene que estos dwemer eran el clan Rourken autoexiliado de Resdayn (Morrowind), quienes se negaron a participar en una alianza de paz con los elfos oscuros. De ese modo, el caudillo de Rourken arrojó su poderoso martillo, Volendrung, a través de Tamriel, prometiendo llevar a su clan a "donde quiera que cayera". Esta imagen mítica ha sido representada en los muros de varias ruinas en Páramo del Martillo: un éxodo masivo de enanos vestidos de oro, caminando penosamente a través de los bosques cyrodiilicos, y Volendrung como una estrella fugaz en el cielo nocturno ante ellos, instándolos a seguir. Lamentablemente, estas mismas ruinas no ofrecen pistas sobre la misteriosa desaparición de los enanos de Tamriel, que fue igual en todas partes, ca. 700 PE. Antes de dejar este tema, también podríamos abordar el nombre inapropiado que se usa a menudo para los dwemer, los "enanos". No hay nada que sugiera que los dwemer fueran menos imponentes ante los humanos que los primeros aldmeri; de hecho, existen cotas de oro enanas que se adapta más o menos a todo humano que tenga la suerte de poseerla. Excavaciones imperiales de la antigua y maravillosa maquinaria enana respaldan la teoría Dlyxexica de que la traducción de dwemer como "elfos profundos" podría interpretarse como "elfos inteligentes", a pesar de la incongruencia de esa noción. Quizás, entonces, los "brillantes alumnos" de los titánicos Ehlnofey mencionados en la Anuada sean los enanos, y que sus gigantes amos les dieran este sobrenombre.[3] |
La colonización de Paramo del Martillo fue un proceso lento, ya que era principalmente un lugar árido y rocoso, con el vasto desierto de Alik'r en el centro, y solamente unas pocas praderas que abrazaban la costa en forma de herradura. Como tal, la civilización de los guardias rojos se divide en las cosmopolitas ciudades costeras, por un lado, y las numerosas tribus nómadas que vagan el por el mismo desierto en el otro. Los primeros han adoptado costumbres bretonas e imperiales de vestimenta y arquitectura, modificados con adornos y estilos del perdido Yokuda, y algunos incluso han reorganizado sus dioses y espíritus tribales para encajar en el tradicional panteón imperial de los Ocho Divinos.[4]

Los nómadas son más primitivos, ya sea con trazas e influencias nédicas u obstinadamente yokudanas, un paso atrás incluso para otros guardias rojos. Los devotos de Satakal, el Dios Serpiente, están esparcidos entre ellos, haciendo que históricamente en los estados fronterizos de A'likr haya un sin fin de conflictos. Estos locos venerados dependen totalmente de la caridad de los demás guardias rojos, aunque a veces se sublevan en bandas peligrosas, aterrorizando los campos al antiguo estilo Ra Gada. Muchos, como en Rihad, van desnudos, revolcándose en el polvo y mordiendo las piernas de los transeúntes, "arrastrándose" como si fueran serpientes, mientras que otros realizan terribles exhibiciones de "muda de su piel". Se les ha visto rodando en la arena del desierto de forma enrollada en continuo movimiento, cientos de millas, desde Balhar durante todo el camino hasta el oasis Nohotogrha. Los Satakals nunca han querido la presencia imperial, y recientemente han llevado al acoso[5] a sus súbditos civiles. Los gobernadores provisionales se han visto obligados a ejecutarlos fuera de las ciudades por la seguridad de sus tropas acuarteladas y la ciudadanía nativa en general.
Los turistas, históricamente, han evitado las ciudades de los guardias rojos fuera de la bahía de Ilíaca. Teniendo en cuenta la (en su mayoría merecida) reputación de su gente, Paramo del Martillo es visto frecuentemente como intolerante con los "extranjeros", donde la transgresión es tratada con la sangre. Esto es una lástima, y una situación que el emperador intenta rectificar, pues Paramo del Martillo es una región hermosa. Desde el doble alba lunar sobre los templos fantasmales de Alik'r a las austeras murallas de la Vieja Hegathe, en todas partes hay la apariencia de antiguo esplendor. Su gentes son duras (cuatrocientos años de conflicto interno y gobierno corrupto han hecho bastante) pero, aparte, los guardias rojos son a menudo una obra magistral del hombre. Tal vez un poder rector como el Imperio, mantenga a Páramo del Martillo limpia de los sucios agentes del legado de A'tor y la proteja de la avaricia de sus vecinos elfos,[6] traerá la misma prosperidad a su pueblo que trata de traer al mundo.

Lugares de interés:[]
Centinela[]

Segunda capital de Páramo del Martillo, Centinela se sitúa en el borde de la Bahía de Ilíac. Es sin duda una potencia mercantil, por su situación en una serie de colinas rocosas y las áridas llanuras tras ella no ofrecen tierra fértil antes de internarse en las arenas desérticas del Alik'r. Su calle principal es un vasto mercado que se extiende desde el puerto hasta la puerta del páramo. El palacio de Centinela es el monumento arquitectónico guardia rojo más grande y antiguo, construido rápidamente durante la tormenta de fuego Ra Gada para protegerse de los bretones y ampliado a partir de entonces. En la actualidad, este palacio es la sede de gobernador provisional Senecus Goddkey, que ha estado ayudando a administrar los principados Antepasados desde la desaparición del Barón Volag.[7] Tras su reorganización imperial, Centinela se ha convertido en un lugar de retiro exótico para la nobleza de Salto de la Daga y Quietud, quienes se deleitan con su cocina autóctona, artesanía, y las extrañas representaciones morales de su Teatro Real.
Stros M'kai[]
Anteriormente fue el principado del heredero de Thassad II, A'tor, la pequeña isla de Stros M'kai sirve como despacho del gobernador provisional Amiel Richton, que se encarga de la protección y control de los barbaros de la costa sur de Paramo del Martillo. El Señor Contralmirante Richton[8] fue el oficial que derrotó al Principe A'tor en la Batalla de la Bahia Hunding, y es el último de una larga línea de héroes que sirvieron en la Armada Occidental coloviana. Stros M'kai sería un pequeño puerto sin pretensiones, famoso sólo por sus ruinas dwemer, si no fuera por su ubicación estratégica cerca del Cabo de la Línea Azul,[9] las aguas del terrible Dominio de Aldmer.
Anotaciones[]
Anotaciones por YR:
- ↑ "El más formidable de todos los males que amenazan el futuro del Imperio surge de la presencia de los guardias rojos en sus provincias."
- ↑ ¡!
- ↑ "Lógica característica humana - ¿Por qué cualquier mer que se respete a sí mismo se autodefiniría como un "enano", incluso si fuera un nombre dado por los benditos Huesos de la Tierra? Están obsesionados con la anatomía - no se les ocurre que la estatura puede referirse a cosas fuera de lo físico -"
- ↑ "No lo creo, los guardias rojos toleran el culto a Arkay, Zenithar y Kynareth porque se aproximan a ciertas deidades traídas de Yokuda. La mayoría de los otros dioses imperiales son ignorados como "tobr'a" (inutiles, por lo tanto). Con mucho, los dioses mas populares de Páramo del Martillo son Papá alto y sus hijos: Hunding, Leki y Ansei."
- ↑ "Mordisco, querrá decir"
- ↑ "Estoy cansado de señalarlo, confió que encontrará el resto"
- ↑ "Persisten los rumores de que este Barón Volag se esconde en las colinas con sus "bebedores de sangre" personales, esperando una señal de debilidad en el Imperio"
- ↑ "Evidentemente Richton se esta derrumbando bajo la presión de su cargo -- Stros M'Kai es muy importante para el emperador y es vital que Richton limpie sus aguas de piratas y cosas por el estilo -- incluso la "Liga Imparable" no cae en la cuenta de esto (mas preocupados con la santidad y esos líos, deduzco)"
- ↑ "Norte de la Línea Azul ~~ El barco de mi pasaje fue capturado por piratas que se hacen llamar la "Liga Imparable". Arrojaron cajas del cargamento, baúles llenos de armas destinados al Imperio en Stros M'kai, y robaron a todos a bordo, aunque su líder, después de ver mi panfleto anotado, y adivinando mi intención dejó que me lo guardara, diciéndome: ~No debemos actuar y hablar como si estuviéramos dormidos~¿?"