LA GUERRA CON LOS ÁRBOLES: ARGONIA Y LA CIÉNAGA NEGRA[]
Se le ha llamado el vertedero de Tamriel, el lugar a donde acaba llegando todo lo podrido y abandonado. Sus límites y costas han sido atacados por muchas civilizaciones, pero su corazón es infranqueable, porque su aire, su tierra y sus aguas son tan venenosos, que sus misterios están bien protegidos. Hace mucho tiempo, los detractores bautizaron las tierras pantanosas del sudeste de Tamriel con el nombre de "Ciénaga Negra", pero a sus admiradores, que todavía existen, prefieren el nombre de Argonia.
Historia[]
Cada provincia de Tamriel tiene sus historias secretas, pero no hay ninguna tierra en el Imperio tan poco documentada y explorada como Ciénaga Negra. Sabemos que Topal el Piloto y otros antiguos exploradores aldmeri atravesaron las "tierras fétidas, malvadas y pantanosas con lagartos humanos", sugiriendo la presencia de especies primitiva que podrían estar relacionadas con los argonianos modernos. De las palabras del profeta también se deriva que Ciénaga Negra había iniciado su larga tradición de ser un lugar en el que nadie quería vivir, ni los hombres ni los mer, imagen que le ha acompañado hasta el día de hoy.
A pesar de todo, la gente vivía allí y se trasladaba allí. Comparado con la mayor parte de Tamriel, ha habido una gran variedad de culturas que han habitado la Ciénaga Negra en distintos momentos del pasado. Lo más sorprendente, desde una perspectiva moderna, es que hubo unas cuantas guerras y conflictos entre estas culturas, hasta bien entrada la Segunda Era.
Además de los argonianos reptiles, que actualmente son los habitantes más visibles de Ciénaga Negra, hubo en algún momento tribus de hombres - kothringi, orma, yespest, horwalli - y tribus de mer - los ayleid barsaébicos y los velothi cantemíricos - e incluso una tribu que podría haber estado relacionada con los khajiitas de Elsweyr, los lilmothiita, parecidos al zorro. Algunos fueron enviados a Ciénaga Negra en calidad de refugiados o prisioneros, otros se asentaron en los canales costeros y se adaptaron a su entorno extraño e insalubre.
Las ciudades de Fuerte de la Tormenta y Gideon fueron fundadas originalmente por los ayleids (no se conocen sus nombres ayleid), pero estaban tan apartadas de su cultura en las tierras del interior, que nunca fueron atacadas por el ejército alessiano cuando se rebeló. Las regiones costeras del sur, como era de esperar, eran los reinos de los lilmothiita, pero eran un grupo nómada y dejaron pocos signos duraderos de su existencia, la mayoría cubiertos por civilizaciones posteriores. Los elfos de Ciénaga Negra se asentaron en las regiones orientales, cerca de las actuales Arconte, Arnesia, y La Espina.
El origen de la especie asociada con el nombre de "argoniano" lo expresa la mitología, no la historia. Sabemos que los primeros pobladores no reptiles de Ciénaga Negra tenían conceptos muy variados sobre ellos, desde divertidos y peculiares seres que aparecían brevemente entre los nebulosos y fétidos riachuelos del interior, hasta nobles héroes que salvaban a los inocentes de los horrores de los pantanos, o monstruos salvajes que aterrorizaban a las comunidades.
El historiador Brendan el Persistente escribe que, " a lo largo de la historia tamriélica, los argonianos han sido, probablemente, la raza más incomprendida, difamada e injuriada de todas las razas conscientes. Con todo, quienes se han tomado la molestia de experimentar la cultura argoniana, han incrementado su aprecio por estas gentes nobles y hermosas”. Debemos apuntar que el historiador desapareció durante su última expedición a las profundidades pantanosas de Ciénaga Negra.
También abundan los rumores y las especulaciones sobre el Hist, una especie de árbol de esporas gigante que crece en los pantanos más profundos de Argonia. Hay quien afirma que los nativos adoran a estos árboles; otros difieren que, en realidad, los árboles son una raza consciente, más antigua que todas las razas humanas y mer. No hay datos fiables de expediciones a la Argonia central que puedan dar credibilidad a estas teorías, y los argonianos modernos son reticentes a la hora de hablar de estos árboles misteriosos.
Los argonianos, como acabaron llamándose, sólo abandonaban su hogar en ciertas ocasiones, aunque encontramos a algunos de ellos en otras partes del Tamriel durante los primeros años de la Primera Era. Los emigrantes de Ciénaga Negra no nos dieron muchos datos sobre las costumbres tribales de sus gentes, prefiriendo asimilar la cultura tamrielica más extendida. Sin duda, el contacto exterior con los nativos de Ciénaga Negra, al menos de un modo oficial, fue algo esporádico hasta mediados de la Primera Era.
Un grupo muy provechoso de bandidos y ladrones llevaba tiempo explotando las zonas pantanosas al sureste de Tamriel, un punto muy conveniente para los acaudalados del Imperio, donde uno podía desaparecer sin recurso. La costa al este de la Bahía de Topal se había hecho famosa por la abundancia de actos de piratería, y en 1033 PE, la emperatriz Hestra pidió la cabeza del bandido más infame, Bramman el "Rojo".
Tras muchas batallas malogradas en la bahía, la Armada Imperial descubrió la vía de escape que utilizaba el rey pirata para evitar ser capturado: un río estrecho y serpenteante que desembocaba en la bahía cerca de Remanso, cuya boca estaba oculta por densos bosquecillos de manglares. La flota imperial avanzó por esta ruta hasta el corazón de Ciénaga Negra más de lo que había estado antes cualquier no argoniano. Acabaron atrapando a Bramman en su reino de bandidos, no muy lejos de lo que ahora se conoce como Rosa Negra, y le llevaron su cabeza a la emperatriz. Lo más importante es que nos proporcionaron los primeros datos fiables sobre la verdadera cultura de Ciénaga Negra.
Los argonianos de los pantanos interiores de Ciénaga Negra eran asustadizos, lo que no era de extrañar teniendo en cuenta que su relación con hombres del exterior se había limitado a tipos de la calaña de Bramman y otros bandidos. Para ellos, la civilización imperial era sinónimo de violación, saqueo y esclavitud. Conforme los cyrodiilicos se adentraban más en su tierra tratando de incorporar las rutas de piratas, fueron encontrando, con cada incursión, una resistencia más fuerte y violenta. Una vez disipada la amenaza pirata, el Primer Imperio no tuvo problemas en dejar tranquilos a Ciénaga Negra a sus habitantes nativos.
Ciénaga Negra no fue "conquistada" por primera vez hasta la llegada del Segundo Imperio, al menos en nombre. En 2811 PE, en la batalla de Argonia, fue derrotado el último ejército organizado de reptiles en la historia de Ciénaga Negra, y se retiraron hasta Helstrom, el impenetrable corazón de la provincia, a donde los hombres y mer no podrían llegar. Al año siguiente, Ciénaga Negra se incorporó oficialmente al Imperio Cyrodilico.
Las zonas costeras y algunas partes del interior, por donde era seguro viajar, recibieron líderes imperiales que gobernaron en nombre del emperador. Esta tierra, que una vez significó la libertad para los delincuentes de Tamriel, se convirtió en su mayor estado penitenciario. Cualquier persona considerada demasiado peligrosa para ser encerrada en mazmorras "civilizadas" de las otras provincias, era enviada a Ciénaga Negra. Entre sus convictos más notorios encontramos al asesino del hacha Nai, el hereje Devir-Mir, y Tavia, la esposa del último emperador de la Primera Era, que fue enviada a Gideon en 2899 PE, acusada de traición. La peor de las mazmorras fue construida en la siguiente era por el Potentado Versidue-Shaie, sobre las ruinas de la comunidad lilmothiita llamada Rosa Negra. La Rosa, que así se le llama, sigue siendo la prisión más segura y famosa de nuestro tiempo, donde esperan su final los socios de Jagar Tharn que no fueron ejecutados.
En medio del caos de la Segunda Era, los grupos de bandidos regresaron con fuerza a Ciénaga Negra. Los traficantes de esclavos de Morrowind tenían más libertad que nunca para explotar sus vecinos del sur, y tribus enteras de argonianos fueron encadenados y arrastrados hasta la tierra de los dunmer. Antiguos oficiales imperiales fundaron dinastías guerreras que se labraron la reputación de tiranos, incluso en una época tan oscura.
Si la terrible plaga Khahaten apareció por causas naturales, o si fue creada por un chamán argoniano como respuesta a la opresión de su pueblo, sigue siendo un tema de debate. Pero sus consecuencias fueron claras. La plaga comenzó en Fuerte de la Tormenta en 560 SE, y se extendió rápidamente a todos los rincones de Ciénaga Negra, matando a todos los que no eran de naturaleza reptil. Durante más de cuarenta años dominó la provincia, diezmando a culturas enteras (especialmente a los kothringi) y alejando a los forasteros.
Incluso cuando la tierra volvió a ser inhabitable, el miedo a la enfermedad mantuvo alejados a la mayoría de los forasteros. La Casa Dres de Morrowind siguió enviando traficantes de esclavos al norte, pero muy pocos más encontraron motivos para molestarse por estas tierras. Incluso se decía que Tiber Septim se lo pensó dos veces antes de conquistar Ciénaga Negra para incorporarla a su nuevo Imperio. Las fronteras de la provincia cayeron fácilmente ante sus fuerzas, pero decidió, sabiamente, evitar los pantanos interiores que carecían de importancia, por lo que apenas encontró resistencia.
La posición de Ciénaga Negra en la Tercera Era ha sido prácticamente la misma que en otros momentos de la historia. El Imperio encuentra un beneficio estratégico en el mantenimiento de las costas, y envía a sus criminales más peligrosos a Rosa Negra y otras mazmorras más interiores. El corazón de Ciénaga Negra sigue siendo la única provincia ocupada por los argonianos reptiles, y es muy improbable que las fuerzas imperiales penetren esta zona.
Situación actual[]
Ciénaga Negra sigue siendo una tierra económicamente "atrasada", según los estándares imperiales. La mayoría de su agricultura es de subsistencia, aunque recientemente se envían más productos al exterior y la fruta de Argonia está muy de moda entre la élite de Tamriel. En los últimos años, la presencia de bandoleros parece ir en descenso, y la mayoría de actos criminales no son perpetrados por extranjeros sino por nativos, como los delincuentes "naga" de origen argoniano. Hay rumores sobre la existencia de bandas, como las que se dedican al contrabando de potentes drogas a través de las fronteras de Ciénaga Negra, pero por el momento son solo conjeturas. Con todo, la flota del emperador vigila cuidadosamente la Bahía de Topal, protegiendo a los mercaderes de los piratas que nunca fueron completamente eliminados.
Los imperiales siguen dominando en nombre del Imperio sobre las ciudades costeras de la provincia, aunque la mayoría tienen asesores nativos argonianos. Estos Archeins también cumplen la función de gobernadores en las zonas rurales, que componen la mayor parte de Ciénaga Negra. Más allá del alcance del Imperio, apenas supervisan las tierras pantanosas interiores, y se desconoce si estas zonas incluso reconocen la soberanía imperial de la provincia.
Desde la abolición de la esclavitud, la relación entre Ciénaga Negra y su vecino del norte Morrowind ha mejorado considerablemente, aunque continúan los choques fronterizos, pues los argonianos han comenzado a reclamar las tierras conquistadas durante la guerra arnesiana. También hay noticias que hablan de pequeñas reyertas con las tropas imperiales a lo largo de las regiones costeras, pero no se cree estos incidentes aislados supongan una verdadera amenaza.
Más alarmante es el reciente asalto a la prisión en la formidable prisión de Rosa Negra. Aunque después del incidente ha sido sellada y se han fortalecido sus puntos débiles, algunos de los asesinos, ladrones y revolucionarios políticos mas peligrosos lograron escapar a los pantanos. Parece improbable que ninguno de ellos haya podido sobrevivir en las tierras peligrosas e inclementes del interior de Ciénaga Negra.