Elder Scrolls
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El Pacto de Corazón de Ébano ha forjado una improbable alianza entre las remotas naciones de Morrowind, Skyrim y la Ciénaga Negra y ha unido a los elfos oscuros, los nórdicos y los argonianos libres para defenderse mutuamente. Gracias al tamaño de sus naciones aliadas y las distancias entre ellas, el Pacto apenas ha generado conflictos ni disputas entre sus miembros. Los nórdicos y los elfos oscuros ya tienen suficiente con los asuntos de sus propios territorios y prefieren no dedicar su tiempo a meterse en los ajenos.

El Pacto de Corazón de Ébano se forjó en 572 SE como respuesta a la segunda invasión akaviri del norte de Tamriel. Los nórdicos, los elfos oscuros y los argonianos libres unieron fuerzas para salvar al resto de Tamriel de la aniquilación y la subyugación. La alianza, fraguada al calor de la batalla, trajo un repentino y nuevo poder al continente. Al principio, pocos confiaban en que los elfos oscuros fuesen capaces de mantener una alianza con sus ancestrales enemigos de sangre y antiguos esclavos, pero, tras una tumultuosa década, el Pacto permanece fuerte e intacto.

Una Gran Asamblea preside el pacto. Este consejo de iguales de cada una de las razas miembro, más allá de las discusiones acaloradas e intervenciones altisonantes, destaca por el respeto mutuo y una voluntad admirable de respetar el Pacto contra viento y marea. Solo como iguales los aliados podrán apaciguar el orgullo de los nórdicos y los elfos oscuros, y a la vez atender las heridas de la esclavitud a la que fueron sometidos los argonianos.

Los elfos oscuros de Morrowind, distantes, orgullosos y extraños, son la pieza más importante del rompecabezas del Pacto. Se esfuerzan mucho por disimular su desprecio hacia sus aliados «inferiores», pero la actual crisis requiere los fuertes brazos de los nórdicos y el astuto ingenio de los argonianos para mantener a raya a las alianzas rivales. La extensa experiencia y el profundo conocimiento de las artes mágicas de los elfos oscuros proporcionan al Pacto una capacidad de reacción y adaptación sin igual, algo de lo que ni el Dominio de Aldmer ni el Alianza de Salto de la Daga pueden presumir. El Pacto engendra guerreros y hechiceros superiores. Y poseen una ventaja fuera del alcance de ninguna otra raza: tres dioses vivientes -Almalexia, Vivec y Sotha Sil- viven entre ellos.

Los nórdicos de Skyrim Oriental son valientes y agresivos, trabajadores y emprendedores. Son guerreros expertos y comerciantes consumados, y sus hazañas como exploradores no tienen parangón. Fuertes, tercos y resilientes, a menudo recurren al combate para resolver diferencias. Los nórdicos luchan con una ferocidad y un entusiasmo que intimidan y aterrorizan a sus rivales. Aceptan e incluso disfrutan de su papel como tropas de asalto para el Pacto de Corazón de Ébano. Los nórdicos son directos y nada sutiles: abogan por soluciones sencillas en la Gran Asamblea, pero sus propuestas son a menudo rechazadas por los votos de los astutos argonianos y los sagaces elfos oscuros. En el campo de batalla, sin embargo, nadie les planta cara. Los generales del Pacto suelen ser nórdicos, al igual que gran parte de los soldados, pero a ellos no les importa, pues así son los primeros en elegir los botines de guerra.

Gracias a su decisiva intervención contra los akaviri, los argonianos de la Ciénaga Negra se ganaron la libertad de los elfos oscuros y pusieron fin a su esclavitud. Las lecciones que aprendieron en el camino los convirtieron en un valioso miembro del Pacto. Son reservados y distantes; sus caras inexpresivas y entonaciones monótonas dificultan a otras razas interpretar sus verdaderas motivaciones. Sin embargo, los argonianos destacan por su inteligencia fría y calculadora; confiar en ellos y conocerlos bien lleva su tiempo. Gracias a su agilidad innata, usan la magia, el sigilo y el acero con igual destreza. Tantos años defendiendo sus fronteras los han convertido en expertos combatientes contra ejércitos tradicionalmente más fuertes y organizados. Tanto en tierra como en agua, sirven como exploradores y escaramuzadores para las fuerzas del Pacto. Otros aspectos de la cultura argoniana son prácticamente incomprensibles para los extranjeros, como su jerarquía social y su toma de decisiones colectiva. Sus representantes plantean propuestas extrañas sin explicación alguna, pero sus aliados han aprendido que siempre hay una razón para todo lo que hacen.

Actualmente, el joven Jorunn, el rey escaldo, actúa como rey supremo interino de la asamblea, pero no todos en la alianza lo apoyan. A la vez que los miembros del Pacto luchan por mantener y consolidar su alianza, también deben ocuparse de las amenazas internas a cada una de sus naciones. Si se dejasen sin resolver, estas amenazas podrían suponer su destrucción antes de llegar siquiera a enfrentarse al Dominio o a la Alianza en batalla abierta.

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