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Guardias rojos en Skyrim.

Nacidos con un talento natural como guerreros, los guardias rojos, de piel oscura y pelo enmarañado parecen nacidos para la batalla, aunque su orgullo y espíritu independiente les hace mas adecuados para ser exploradores, hostigadores, héroes errantes o aventureros que para ser soldados de a pie. Ademas de ser una cultura con gran variedad de estilos diferentes de armas y armaduras, los guardias rojos ​también han sido bendecidos con constituciones resistentes, resistencia al veneno y ligereza de pies. No comparten la misma sangre que otras razas humanas, y no tienen ninguna conexión con la patria ancestral nórdica de Atmora.

Por juego

Historia

Los guardias rojos (antiguamente conocidos como yokudanos) proceden del continente occidental de Yokuda, que se hundió en el mar en tiempos ancestrales. La causa del hundimiento de Yokuda suele ser atribuida a catástrofes naturales (terremotos, tsunamis o erupciones volcánicas) o a la venganza de un grupo de Ansei (una facción de yokudanos que dominaban la magia de la roca) llamados Hiradirge, que hundieron la isla tras ser derrotados. Tras el hundimiento de su patria alrededor de 792 PE, los yokudanos ​navegaron al este llegando a lo que mas tarde se conocería como Páramo del Martillo. La mayoría de refugiados permanecieron en la isla de Herne mientras que los Ra Gada (la "ola guerrera") continuaban hasta llegar a Páramo del Martillo en el 808 PE. Atacaron tanto los asentamientos humanos como los élficos, entrando en conflicto con ellos en la denominada Guerra Ra Gada-Corelanya en el Desierto de Alik'r que perduro por décadas. Tras unos pocos y brutales meses, los Ra Gada establecieron una fuerte presencia por toda la costa oeste de Páramo del Martillo​, expulsando y reemplazando a los asaltantes nórdicos e imperiales que llevaban siglos rondando por la zona. Ya asentados, continuaron lanzando asalto tras asalto consiguiendo con el tiempo expulsar a los orsimer, asegurando el camino para la llegada del rey supremo y la realeza yokudana (conocida como los Na-Totambu). Los guardias rojos (cuyo nombre procede de la corrupción fonética de Ra Gada hacia RedGuard, en inglés) se ganaron su fama como excelentes guerreros venciendo a los tenaces y resistentes orcos. Pese al tiempo que ha pasado desde su llegada a Tamriel, las demás razas los ven como recién llegados. Su llegada a Tamriel estuvo amenazada, en la Primera Era durante la denominada Invasión Trasgo al Páramo del Martillo. Que estuvo a punto de exterminarlos de todo el Páramo del Martillo.

Inicialmente, los guardias rojos despreciaban a sus vecinos (principalmente a los bretones) y ni siquiera comenzaron a comerciar con ellos hasta que demostraron su valía durante el exitoso Asedio de Orsinium en 1E 980. Su idioma nativo, el Yoku, se vio mayormente reemplazado para ayudar a estabilizar el comercio con extranjeros, aunque aun se sigue utilizando. Páramo del Martillo fue fácilmente absorbido por el Imperio Septim en el 864 SE dado que la región se hallaba debilitada por una sangrienta guerra civil, aunque el Imperio tuvo que hacer importantes concesiones tras una revuelta en Stros M'kai. Durante el Imperio Septim, los guardias rojos se volvieron mas sociables y muchos se establecieron por todo Tamriel. Se sabe que sirvieron como mercenarios bajo el mando del Usurpador Camorano (un tirano que arraso la costa oeste de Tamriel con un ejercito de mercenarios, no-muertos y daedras) en el 267 TE.

Durante la Guerra de Betony, una corta pero brutal disputa por el control de la isla de Betony en 403 TE, el rey Camaron de la ciudad de Centinela murió, en la Batalla del Campo de Cryngaine lo que produjo mucha rivalidad entre los bretones y los guardias rojos de la Bahía de Iliac. Tras el milagro de la paz, la ciudad de Centinela bajo el gobierno del rey Lhotun se expandiría y el rey acabaría por controlar toda la costa norte de Páramo del martillo. Es bien sabido que al final de la tercera era, los guardias rojos del este de Páramo del martillo guardaban un gran resentimiento contra Skyrim, anhelaban retomar las tierras que perdieron durante la Guerra de Bend'r-mahk en 3E 396.

En el 171 CE, la Gran Guerra estalló cuando el Dominio Aldmeri exigió al emperador Tito Mede II que cediera grandes territorios del sur de Páramo del martillo. Tras la guerra, el imperio tuvo que aceptar dicha concesión como parte del Concordato Blanco y Dorado en el 175 CE. Los guardias rojos se negaron a aceptar esto y se independizaron del Imperio, y tras largas campañas que devastaron todo el sur de Páramo del Martillo, consiguieron expulsar a los invasores del Dominio. La mayoría de guardias rojos aún siguen resentidos con el Imperio por abandonarles y sus valientes esfuerzos han convencido a muchos habitantes de Tamriel de que el Concordato fue un error y que el Imperio debería haber seguido luchando.

Antepasados y Coronas

Cuando Páramo del martillo se convirtió en una provincia imperial en la Segunda Era, la sociedad de los guardias rojos estaba dividida en dos facciones socio-políticas: los Coronas y los Antepasados.

Los Coronas son los descendientes del rey supremo y los Na-Totambu que gobernaban en Yokuda; practican las antiguas tradiciones con gran reverencia y sienten gran aversión por los extranjeros. Su influencia se ha ido disipando después de que, tras la muerte del rey supremo en el 862 SE, su hijo el príncipe A'tor reaccionara masacrando a los ciudadanos de los Antepasados. Cuando las fuerzas de Tiber Septim conquistaron la provincia dos años después, fue visto como una acción humanitaria para detener este derramamiento de sangre sin sentido. Aunque la intervención acabó con la guerra, la hostilidad entre las facciones es tan acentuada que en ocasiones se han negado a pedirse ayuda pese a estar siendo invadidos.

Los Antepasados son descendientes de la clase guerrera Ra Gada que conquistó la provincia, y por esto se vieron expuestos a tradiciones e ideas nédicas, al contrario que los Coronas. Los Antepasados buscan la modernidad; son más cosmopolitas y más abiertos en su relación con el Imperio y su modo de vida. Han adoptado versiones modificadas de la vestimenta imperial y bretona, así como sus arquitecturas, nombres y han adaptado sus dioses y espíritus tradicionales para que se adapten mejor al panteón imperial de los divinos. Los Antepasados predominan en las zonas costeras y zonas de gran actividad comercial, mientras que los Coronas suelen vivir en áreas más recluidas, sobre todo en desiertos y zonas poco habitables.

Recientemente una tercera facción, los Lhotunic ​(llamados así por el rey Lhotun) ha surgido uniendo los progresistas y cosmopolitas valores de los Antepasados pero manteniendo un fuerte respeto por las tradiciones ancestrales. Es un movimiento mayormente político: el Reino de Centinela (ahora en manos de los Antepasados) es un lugar más que apropiado para forjar un compromiso entre ambos bandos, ya que ambos tienen una fuerte presencia en el gobierno, y su poderío económico y militar lo han convertido en uno de los reinos más respetados de Tamriel. El milagro de la paz sirvió como elemento unificador en el Reino de Centinela mientras ganaba el dominio de más territorios. Dado que la mayoría de ese territorio pertenecía a los Coronas, la necesidad del movimiento Lhotunic era más que aparente.

Sociedad y religión

Como todas las razas, los guardias rojos han sido moldeados por su entorno. Su ascendencia yokudana les ha proporcionado grandes conocimientos marítimos, agrícolas, militares y astronómicos, lo que les ha permitido prosperar en lugares donde las demás razas se conformarían con sobrevivir (dado el clima árido de gran parte de Páramo del Martillo). Su sociedad es extremadamente marcial y se espera de sus ciudadanos que tengan conocimientos básicos de armamento y combate, y los gobernantes deben saber de estrategia, formaciones y tácticas. Solo los más fuertes, rápidos e inteligentes son aceptados en el exigente ejército (en su mayoría formado por órdenes caballerescas) y se les exige que se prueben a sí mismos enfrentándose a la muerte. Incluso sus entretenimientos (como el encantar serpientes) son arriesgados. La práctica de la magia del este (aquella que no proviene de Yokuda), llamada "Nudri-hi" es desdeñada por Coronas y Antepasados por igual, y a los extranjeros no se les permite la entrada en muchos lugares de Páramo del Martillo.

Son muy disciplinados y emprendedores y poseen siglos de experiencia militar. Los guardias rojos se cuentan entre los mejores guerreros del mundo. También son conocidos por su poderío naval, y sus flotas han probado ser todo un desafío incluso para las mejores armadas imperiales (como se vio durante la revuelta de Stros M'kai). Stros M'kai y algunas partes del interior de Páramo del Martillo tienen algunas ruinas dwemer, y algunos jóvenes deseosos de entrar en el servicio militar deben enfrentarse a los peligros que acechan en estas ruinas. La mayoría de sus fiestas y tradiciones guardan relación con algún fenómeno natural o la conmemoración de grandes batallas o guerreros.

Muchos miembros de las tribus nómadas que viajan por el Desierto de Alik'r han desarrollado una profunda conexión espiritual con la tierra y se apegan a las tradiciones yokudanas que incluyen deidades y espíritus de todo tipo, desde hadas y duendes hasta Satakal, el dios del todo (una especie de fusión entre Anu y Padomay que guarda algunas similaridades con el malévolo Alduin). Creen que Satakal lo destruye todo (en un ciclo que parece repetirse), y que los espíritus que consiguen sobrevivir entran en su panteón junto a los demás dioses.

El líder del panteón moderno es Ruptga (el papa alto), el primero en sobrevivir a la destrucción. También están incluidos Zeth (dios de la agricultura), Morwha la esposa de Ruptga, Tava (considerada el equivalente a Kynareth), HoonDing (el dios de la guerra contra los infieles), Leki, Onsi y Diagna. Tu'whacca era el dios de la apatía hasta la creación del mundo, cuando se convirtió en el vigilante y protector de las almas (como Arkay). Malooc esta considerado como un demonio, enemigo de los Ra Gada. El mito de la creación yokudano incluye a Sep, un chalado dios mercader que convenció a los otros para crear un mundo mortal donde los espíritus se podrían esconder de la destrucción de Satakal, facilitando su supervivencia. Sin embargo no lo facilitó en absoluto, al contrario, el mundo se convirtió en una trampa e hizo de su ascensión algo aún más difícil. En este sentido, la visión de la creación de los guardias rojos tiene más que ver con la tradición élfica que con la de los demás humanos, que ven el plano mortal como una bendición.

En la tradición yokudana cuando mueren parten a un lugar conocido como Costas Lejanas.

Apariciones

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