Elder Scrolls
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Artículo principal: Libros (Oblivion)

Artículo principal: Libros (Online)

Localizaciones[]

Oblivion[]

  • Castillo Battlehorn.
  • Lugares aleatorios.
  • Posible recompensa por completar Temporada de osos.

Online[]

Parte 1[]

Parte 2[]

  • La Posada del Guar Cantarín, Kragenmoor.

Contenido[]

En el año 283 de la Segunda Era, el potentado Versidue-Shaie se enfrentaba a la desintegración del imperio. Los reinos vasallos de todo Tamriel habían alcanzado un nuevo nivel de rebelión y desafiaban abiertamente su mandato. Rechazaban sus impuestos y dirigían incursiones contra las guarniciones imperiales por todo el territorio. Tras la destrucción de su fortaleza de Lucero del Alba, el potentado reunió al Consejo imperial en lo que se llamaría el Consejo de Bardmont (por la ciudad situada al sur de Lucero del Alba en la que se reunieron) y proclamó una ley marcial amplia y universal. O disolvían sus ejércitos o los príncipes de Tamriel tendrían que enfrentarse a su ira.

Los siguientes treinta y siete años fueron, quizá, los más sangrientos de la violenta historia de Tamriel.

Para aplastar al último de los ejércitos reales, Versidue-Shaie tuvo que sacrificar a muchas de sus mejores legiones y gastar hasta la última pieza de oro del tesoro imperial. Sin embargo, consiguió lo impensable. ¡Por primera vez en la historia solo había un ejército en el territorio, y era el suyo!

Los problemas que surgieron de inmediato fueron casi tan abrumadores como aquella victoria. Todo el territorio se había empobrecido durante la guerra, puesto que los reinos vencidos se habían visto obligados a invertir todo su oro para defenderse. Tanto los campesinos como los mercaderes se habían quedado sin sustento. Antes, los príncipes de Tamriel se habían negado a pagar sus impuestos y, ahora, no podían hacerlo.

Los únicos que se habían beneficiado de la guerra eran los criminales, que saqueaban las ruinas de aquella tierra sin ley sin temor a ser arrestados porque los guardias y las milicias locales habían desaparecido. Era una crisis que el akaviri había anticipado mucho tiempo antes de aplastar al último ejército, pero para la que no tenía solución. El potentado no podía permitir que sus vasallos volvieran a tener sus propios ejércitos, pero la tierra estaba sumida, más que nunca, en la anarquía. Sus soldados intentaban combatir las oleadas de crímenes, pero la autoridad central no suponía ninguna amenaza para los delincuentes locales.

En los albores del año 320, un pariente de Versidue-Shaie llamado Dinieras-Ves «El Hierro» se presentó, junto con una horda de compañeros, ante el potentado. Fue él quien le sugirió crear una orden de guerreros mercenarios que pudieran ser contratados por la nobleza, en vez de tener que recurrir a un ejército permanente. El empleo sería temporal y un porcentaje de sus honorarios se destinaría al gobierno del potentado, lo que permitiría solucionar dos de los mayores quebraderos de cabeza de Versidue-Shaie.

Entonces nacieron los syffim (término tsaesci que significa «soldados»), que más adelante se convertirían en la orden conocida como el gremio de luchadores.

En un principio, Dinieras-Ves «El Hierro» consideró que la orden debía estar formada, en su totalidad, por akaviri. Ningún historiador ha debatido nunca este punto, pero sí sus motivaciones. La explicación tradicional y más simple es que conocía a sus compatriotas, confiaba en ellos y consideraba que su tradición de luchar por dinero les sería útil. Otros creen, con razón, que el potentado y él querían utilizar la orden para completar la conquista de Tamriel, que se había iniciado quinientos años atrás. Cuando los akaviri atacaron Tamriel en el año 2703 de la Primera Era, fueron derrotados por la dinastía Reman. Ahora tenían un potentado en el trono y, gracias a las maquinaciones de Dinieras-Ves, los ejércitos locales también serían akaviri. Habían conseguido con paciencia aquello que no habían podido ganar con las ]armas. Diversos eruditos sugieren que esta era una estratagema tradicional de los tsaesci de Akavir, los hombres serpiente inmortales que siempre tuvieron el tiempo a su favor.

Aunque los syffim se establecieron en una serie de reinos próximos a Cyrodiil, pronto quedó patente la necesidad de disponer de guerreros locales. Parte del problema se debía a que no había suficientes akaviri para hacer todo el trabajo. Además, los hombres serpiente no comprendían la geografía y la política de las regiones asignadas.

La necesidad de miembros que no fueran akaviri era evidente, así que, a mediados de año, la orden de los syffim admitió a tres nórdicos: una hechicera guerrera, un renegado y un caballero.

El caballero, cuyo nombre se perdió en las arenas del tiempo, era un gran armero que probablemente, hizo más que nadie (salvo el propio Dinieras-Ves) por fortalecer la orden. Es bien sabido que los akaviri, en particular los tsaesci, entendían más de armas que de armaduras. Aunque no pudieran llevarlas, el caballero les presentó las debilidades presentes en las armaduras de sus oponentes, les explicó cuántas articulaciones había en un espaldarón y una greba, y les habló de las diferencias entre gambesón y armkachen, gorguera y gliedshrim, paleta y pasguard, y tabardo y tasseta.

A pesar de sus reducidos números, estos conocimientos les permitieron acabar con muchísimos bandoleros. Los historiadores suelen bromear diciendo que, si hubiera tenido un armero nórdico en la Primera Era, Akavir habría ganado la invasión.

Animados por el éxito de estos tres primeros forasteros, los syffim abrieron sus puertas a más miembros locales. Antes de que terminara el año, Dinieras-Ves había extendido su negocio por todo el Imperio. Hombres y mujeres jóvenes se unieron en masa a esta nueva orden movidos por una pobreza desesperada, un ansia de acción y aventura o, simplemente, el deseo de ayudar a sus vecinos golpeados por el crimen. Recibieron entrenamiento y se pusieron a trabajar de inmediato para ayudar a la aristocracia, asumiendo las funciones de guardias y soldados locales.

El temprano éxito de los syffim para combatir el crimen y derrotar a los monstruos locales resultó tan inspirador para el potentado Versidue-Shaie que los representantes de otras organizaciones mostraron su interés por recibir la aprobación imperial. Aunque el gremio de magos llevaba años activo, el gobierno siempre lo había mirado con desconfianza. Sin embargo, en el año 321 de la Segunda Era, el potentado aprobó la Ley de Gremios, que autorizaba oficialmente a los magos, así como a los gremios de caldereros, zapateros, prostitutas, escribas, arquitectos, cerveceros, vinateros, tejedores, cazadores de ratas, peleteros, cocineros, astrólogos, sanadores, sastres, trovadores, abogados y a los syffim. Sin embargo, el acta ya no se refería a ellos como syffim, sino que utilizaba el nombre por el que habían empezado a ser conocidos en todas partes: el gremio de luchadores. Todos estos gremios, así como los que se aprobaran posteriormente, serían protegidos y propiciados por el Imperio de Cyrodiil, en reconocimiento a su valor para el pueblo de Tamriel. Como todos los gremios debían pagar una cuota para expandir su influencia por el territorio, el Imperio se vio fortalecido por su presencia y las arcas imperiales se llenaron de nuevo.

Tras la muerte de Versidue-Shaie, tres años después de la promulgación de la Ley de Gremios, su heredero Savirien-Chorak autorizó la reforma de los ejércitos locales. Aunque el gremio de luchadores dejó de ser el brazo armado principal de la aristocracia local, ya se había forjado un nombre. No cabe duda de que en el pasado existieron individuos fuertes que buscaron su propia fortuna; sin embargo, muchos historiadores sugieren que Dinieras-Ves fue el ancestro espiritual del fenómeno moderno de los aventureros, esos hombres y mujeres que dedican sus vidas a la búsqueda de fama y fortuna.

Todos estamos en deuda con el gremio de luchadores, no solo con sus miembros, sino también con todos aquellos a los que ayudaron con su política neutral de ofrecer protección a cambio de dinero, dentro de los límites de la ley. Sin ellos, no habría gremios de ningún tipo y, tal vez, tampoco ningún modelo de aventurero independiente.

Curiosidades[]

  • En Oblivion existe también una primera edición de este libro, de mayor valor pero con el mismo texto.

Apariciones[]

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