Elder Scrolls
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Investigaciones dwemer, vol. I
Su arquitectura y civilización

Lejos de los hombres, en las profundas salas,

la raza de la Montaña Roja permanece abandonada.

A la mente y la piedra levanta un saludo,

más fuerte que los huesos, el enano orgullo.

He consagrado mi vida al estudio de los dwemer, su dudosa historia y su misterioso destierro. El propósito de este artículo es compartir mis hallazgos y conclusiones tras haber dedicado ochenta años a investigar sus singulares restos arquitectónicos.

La migración de los elfos de las profundidades desde su ancestral Dwemereth, ahora Morrowind, es un hecho comúnmente aceptado. La historia registrada lo corrobora, mencionando, específicamente, que el clan Rourken se negó a unirse al rey Dumac en la formación del Primer Concilio y su posterior éxodo a Páramo del Martillo. La premisa arquitectónica también es sólida, pues los hábitos de construcción de los enanos fueron adaptándose y evolucionando, de manera lenta y sutil, con el tiempo y el terreno. Mi hipótesis es que algunas de estas diferencias obedecen a una cuestión de estilo y practicidad.

Los puntos de vista tradicionales sugieren que los dwemer de Páramo de Vvarden fueron los más prolíficos; sin embargo, los resultados de mis excavaciones en Skyrim, Morrowind y Roca Alta indican que no es así. El paisaje de Páramo de Vvarden está salpicado de ruinas enanas, pero su construcción es muy distinta a la de otros lugares.

Además, a medida que escarbamos en las ruinas de Páramo de Vvarden, podemos advertir que su estructura interna es bastante diferente. Por ejemplo, las salas cívicas y operativas principales se encuentran cerca de la superficie, mientras que en el continente, los almacenes y pasadizos secundarios ocupan los niveles superiores y los lugares más importantes solo aparecen al explorar a mayor profundidad.

El hecho de que las salas principales estuvieran bien escondidas llevó a muchos eruditos a pensar que no estaban presentes en las ruinas dwemer del exterior de Morrowind, y esta conclusión prematura dio paso a la hipótesis de que tales emplazamientos eran simples puestos de avanzada. Sin embargo, mi investigación ha demostrado que no es así.

Existen algunas teorías que intentan explicar esta diferencia. Por ejemplo, es posible que los arquitectos de los distintos clanes tuvieran sus propios estilos y preferencias con respecto a la planificación cívica. Sin embargo, se trata de una teoría poco plausible, puesto que las técnicas de construcción enanas se basaban en el estudio empírico y, probablemente, dejaban poco margen para la interpretación creativa. Sí que influyó, seguramente, la composición geológica del terreno, sobre todo en una región como Skyrim Septentrional, donde el suelo próximo a la superficie es muy rocoso y suele estar congelado, al contrario que el sustrato volcánico de Páramo de Vvarden o los omnipresentes acuíferos de Páramo del Martillo. Debido a la dureza del terreno, es posible que los arquitectos enanos del norte no pudieran excavar estructuras de mayor tamaño hasta llegar a los estratos más maleables.

A este erudito le gustaría señalar que muchas de las estructuras del oeste de Morrowind se construyeron después del año 420 de la Primera Era. Cuando el clan Rourken abandonó Páramo de Vvarden, parece evidente que varios clanes decidieron separarse para crear sus propios asentamientos y vivir más aislados que sus hermanos orientales. Esta teoría resulta especialmente fascinante pues sugiere que, con el tiempo, los arquitectos enanos desarrollaron métodos aún más elaborados para ocultar sus fortalezas.

Por lo tanto, es posible que en Tamriel existan yacimientos arqueológicos enanos inalterados, incluso en zonas meridionales como Cyrodiil o la Ciénaga Negra, en las que se cree que los enanos nunca tuvieron una presencia significativa. Aunque no deberíamos dar alas a la imaginación, podríamos extrapolar esta lógica para sugerir que algunos clanes enanos vivieron entre nosotros durante más tiempo del que se presuponía inicialmente, tal vez hasta mucho después de su desaparición, durante la Guerra de la Montaña Roja, en el año 700 de la Primera Era.

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