- Para el evento del que trata este libro, ver "Deformación del Oeste".
eformación del oeste
Informe compilado por Ulvius Tero, archivero de los cuchillas
Información confidencial de alto secreto
Antes de nada quisiera felicitar a su señoría por su reciente nombramiento como embajador en la corte de Wayrest.
Su señoría me pidió que revisase los informes existentes a partir del año 417 de la Tercera Era respecto a la Deformación del oeste, y que le resumiera la situación actual de la región.
Puesto que su señoría, por aquella época, se hallaba en Ciénaga Negra bajo las órdenes del almirante Sosorius, tan sólo sabrá de lo ocurrido por las proclamas imperiales y las declaraciones de la iglesia, que han denominado a este periodo como el Milagro de la paz. Según las crónicas oficiales, la zona de la bahía de Iliac, anteriormente azotada por las guerras y mosaico de ducados enfrentados y pequeños reinos insignificantes, pasó a convertirse en las modernas regiones de Hammerfell, Sentinel, Wayrest y Orsinium prácticamente de un día para otro. El Milagro de la paz, también conocido como la Deformación del oeste, se considera producto de la intervención divina de Stendarr, Mara y Akatosh, con la que los dioses pretendían transformar esta problemática región en comarcas imperiales pacíficas y bajo control. El juicio celestial se manifestó mediante un cataclismo que alteró por completo el paisaje, asoló las propiedades y sesgó numerosas vidas humanas, un episodio trágico e incomprensible para nosotros simples mortales.
Aunque este suceso ratifique que tanto las nuevas fronteras como sus gobernantes actuales "han sido designados por los nueve divinos", no deja de sorprender que el Milagro de la paz se ajuste tanto a los objetivos imperiales de consolidación de los antiguos reinos en jurisdicciones imperiales manejables. Por otra parte, los prodigios que se observaron: desapariciones masivas, ejércitos transportados misteriosamente a cientos de kilómetros o aniquilados por completo, tormentas titánicas, extraños fenómenos naturales y discontinuidad en el tiempo, encajan perfectamente con la interpretación de que este incidente fue una demostración de la voluntad de los dioses.
Sin embargo, la versión oficial de lo ocurrido, como habrá adivinado, entra en conflicto con otros testimonios. En otras palabras, aunque esta explicación conviene a la política imperial, no tiene ninguna validez histórica.
Como su señoría ya sabrá, los cuchillas opinamos, muy a nuestro pesar, que resulta imposible confeccionar un informe plausible y veraz de los hechos. Creemos que aunque efectivamente se produjo un "milagro", ya que lo acaecido no tiene ninguna explicación lógica, aún no está nada claro que éste fuera de naturaleza divina.
Existen razones para creer que las familias reinantes de las cuatro comarcas actuales fueron prevenidas con anterioridad a los sucesos. Incluso hay evidencias de que algunas de ellas podrían estar implicadas directa o indirectamente en los eventos. Aún no disponemos de una secuencia cronológica de los acontecimientos, pero estamos plenamente convencidos de la intervención de un agente de los cuchillas y de la utilización de un artefacto tótem. Su testimonio podría habernos sido de gran ayuda para contrastar las distintas versiones y dar algún sentido a sus paradojas, pero, lamentablemente, desapareció sin dejar rastro.
Aunque perdimos a muchos de los nuestros durante los primeros incidentes y a otros tantos en la confusión que siguió después, contamos con los informes de algunos agentes. A continuación, procedo a exponer algunos de sus testimonios para que se haga una idea general de a qué tuvieron que enfrentarse y de su sensación de impotencia. Incluyo, asimismo, el informe de su predecesor, Lord Strale. Estoy seguro de que, además, tendrá acceso a declaraciones particulares y que conocerá los rumores que corren, aunque creo que coincidirá conmigo en que plantean más interrogantes que repuestas.
Informe del agente "Briarbird" en Hammerfell[]
El día 9 del mes de La helada me encontraba destinado en el Desierto de Alik'r, acampado a pocos kilómetros al sur de Bergama. Por la mañana, aún de madrugada, mientras estaba vigilante sobre una duna, sentí un violento temblor y caí al suelo. Oí aturdido como tronaba una gran tormenta de arena y me preocupé ya que instantes antes no había visto nada en el horizonte. Antes de que lograra ponerme de rodillas ya se me había echado encima, enterrándome a mí y al campamento.
Conseguí salir a gatas y comprendí que debía apresurarme y llegar a Bergama lo antes posible, ya que me había quedado sin agua y sin alimentos. Me puse en marcha justo al amanecer y llegué al caer la noche. La ciudad era presa del caos y rebosaba de soldados de Sentinel. La fortaleza del señor de Bergama estaba en ruinas.
Habían sido atacados pero nadie había visto cómo, tan sólo habían presenciado la invasión que siguió después. Los soldados de Sentinel que servían a la reina Akorithi no soltaron prenda sobre su táctica de ataque, pero tras indagar un poco logré enterarme de que todo el norte de Hammerfell estaba bajo su control. Lo que me extrañó aún más fue descubrir que el viaje no me había llevado un día sino dos, a pesar de que yo había salido al salir el sol y llegado al anochecer. Sin embargo, comprobé que estábamos a día 11 y no a 10. De alguna forma, había perdido todo un día y aparentemente los demás también, a excepción de los soldados de Akorithi, que por alguna razón eran conscientes de la fecha correcta.
En mi opinión, alguien les había avisado con antelación y, por ello, comprendían mejor los saltos del tiempo y la confusión de las fechas debidas a la Deformación."
Informe de la agente "Graylady" en Roca Alta[]
"Cuando se produjo la Deformación, me encontraba infiltrada como bruja en el aquelarre de Skeffington en Phyrgias, en la zona central de Roca Alta. Me había ofrecido voluntaria para conseguir víveres y así poder informar de mis pesquisas a mi contacto en Camlorn. Mientras viajaba en dirección noreste por la senda que discurre al pie de las montañas de Wrothgarian el día 9 del mes de La helada, sentí, de repente, un calor abrasador a mi espalda. Me volví, pero me temo que nunca podré contar lo sucedido, ya que, según me han informado los curanderos, se me quemaron los ojos dejando las cuencas vacías.
Creo que debí quedarme semiinconsciente, ya que recuerdo perfectamente que me caí y que el suelo parecía ceder bajo mis pies. Escuché varias explosiones a lo lejos, hacia el sur, y una especie de silbido agudo que se iba haciendo más fuerte conforme se acercaba. Llevaba mi escudo y, afortunadamente, reaccioné antes de que empezara a caer una lluvia de no sé muy bien qué. No podía ver de qué se trataba, sólo oía cómo se iban acercando y utilicé mi escudo para protegerme.
La acometida se detuvo de repente y, entonces, olí el humo. Más tarde supe que gran parte del bosque de Ykalon y Phyrgias había ardido por completo a causa de un incendio provocado al sur de Daenia y en las colinas de Ilessan. Por suerte, conseguí orientarme y dirigirme hacia el norte. Logré llegar a un templo en la espesura donde me recuperé de mis heridas lo mejor que pude.
Allí descubrí que había estallado un conflicto entre Daggerfall, Wayrest y Orsinium no muy lejos de donde yo había estado, y que toda esa zona había sido asolada por completo."
Informe del embajador Lord Naigon Strale[]
Su majestad imperial me había encomendado un asunto bastante delicado, cuyos detalles no desvelaré por precaución, aunque oficialmente viajaba como embajador a la corte de Wayrest. Una vez allí, debía encontrarme con una antigua amiga, Lady Brisienna, que se hallaba en las cercanías. Puesto que mi misión no requería viajar de incógnito, me dirigía hacia allí en barcaza imperial. Era la mañana del 9 de La helada y navegábamos rumbo oeste por el río Bjoulsae. Recuerdo que había refrescado un poco, pero que el cielo era de un azul intenso.
Tras pasar el pintoresco pueblecito de Candlemass, el capitán dio la voz de alarma. Justo frente a nosotros se levantaba una pared de agua de casi diez metros. Antes de que nos diera tiempo a reaccionar la tromba de agua cayó sobre nosotros astillando la barcaza. Me desperté en la orilla. Uno de mis sirvientes, que milagrosamente no había quedado inconsciente, me había rescatado. Sólo uno más de los hombres y nosotros logramos sobrevivir.
Al principio pensé que había demasiadas similitudes con el naufragio de otro de nuestros agentes en Roca alta, que había sido sorprendido por una tormenta en la bahía de Iliac cerca del puesto de los corsarios. Me enfurecí y decidí comprobar si era obra de la misma mano y enseguida emprendí camino hacia Wayrest.
Nuestro avance, sin embargo, no fue muy rápido. Todos los poblados situados a orillas del Bjoulsae estaban ardiendo y los orcos de Orsinium se encontraban en plena batalla campal con los soldados del rey Eadwyre, soberano del anterior principado de Gauvadon, justo al este de Wayrest. Soy un mago bastante competente y muy capaz de defenderme, pero me llevó prácticamente una semana recorrer esos pocos kilómetros hasta Wayrest.
El rey Eadwyre y la reina Barenziah estaban celebrando la victoria cuando llegué. Por el camino, ya había averiguado lo esencial. Se habían iniciado siete batallas simultáneamente en distintas zonas de la bahía de Iliac, pero nadie era capaz de describir lo sucedido, sólo eran conscientes de lo ocurrido tras los disturbios.
En resumen: el día 9 del mes de La helada la bahía de Iliac estaba dividida en cuarenta y cuatro regiones diferentes entre reinos, comarcas, baronías y ducados, si contamos los territorios aún sin conquistar de las montañas de Wrothgarian, las montañas Dragontail, la zona costera de Roca Alta, la isla de Balfiera y el Desierto de Alik'r. Dos días más tarde, el 11 de La helada, tan sólo había cuatro comarcas: Daggerfall, Sentinel, Wayrest y Orsinium; las zonas de contienda se habían convertido en un erial y los distintos ejércitos seguían con la lucha.
Me propuse llegar hasta el final del asunto y descubrir lo que había pasado por boca del propio rey, incluso aunque tuviera que prescindir de la diplomacia que requería mi cargo.
Eadwyre, de carácter bastante jovial normalmente, rojo de indignación exclamó que no pensaba revelar secretos militares. La reina, con su habitual calma y su indescifrable mirada dijo simplemente: "No sabemos nada".
Añadió que tan sólo había llegado a sus oídos que una arma arcana y extremadamente poderosa —cuyo nombre no indicaré— iba a ser activada, información que más tarde verifiqué tras mis pesquisas en Daggerfall, Sentinel y Orsinium. Temerosos de que pudiera utilizarse contra Wayrest, el rey intentó comprársela al joven que había descubierto su paradero. Eadwyre creía, y parecía estar en lo cierto, que había muchos más interesados en adquirir el artefacto en la zona de la bahía.
"Lo que ocurrió después —finalizó Barenziah— no lo sabemos." Aunque en mi opinión Barenziah se reservó cierta información, su testimonio parece bastante fiable.
Como consecuencia de la Deformación y por alguna extraña razón, la mañana del día 9 se convirtió en la del 11 y Wayrest se encontró con una situación de guerra. La extensión de su reino se había triplicado de la noche a la mañana, pero se encontraban bajo el feroz ataque de Daggerfall por el oeste, Orsinium por el este y Sentinel por el sur. Según las propias palabras del rey, no era momento de buscar explicaciones. Se limitaron a reaccionar enviando al ejército a sus nuevas fronteras para detener el avance de los reinos enemigos, que también habían ampliado sus territorios.
Ya han pasado varios meses desde entonces y me dirijo a la ciudad imperial para redactar mi informe, aunque los enfrentamientos continúan. Me gustaría matizar algo más. Si bien es cierto que la guerra, hoy día, es especialmente cruenta, la desolación que vi en la ennegrecida tierra de nadie entre estos nuevos cuatro reinos no puede ser obra de ningún ejército mortal.
Todo lo que puedo decir es que la fuerza destructora que asoló la bahía de Iliac el 10 de La helada del año 417 de nuestra era superaba infinitamente a la potencia militar que despliegan estos reinos en la actualidad.
Me encuentro en posición de afirmar que ese día sucedió algo más que evitó que los reinos se independizaran del imperio e hicieran realidad sus anteriores pretensiones.
También puedo confirmar que ya no queda nada de esta brutal fuerza o arma en la bahía. Según parece, la propia Deformación que la creó la hizo desaparecer.
Situación política actual en la bahía de Iliac[]
Han pasado casi veinte años desde el incidente y la región, aunque ha sufrido profundas transformaciones, se ha estabilizado bastante. Apenas hay disputas entre los territorios y no suelen presentarse problemas en las fronteras de los nuevos reinos de Daggerfall, Wayrest, Sentinel y Orsinium.
Wayrest se extiende a lo largo de la costa este de la bahía, desde la zona que anteriormente se conocía como Anticlere hasta prácticamente la mitad de Gauvadon. Eadwyre descansa en paz con sus ancestros y ha dejado el reino en las manos de su hija Elysana, quien tiene dos niños con su consorte y parece capaz de defender las tierras de su padre. Su señoría puede dirigirse directamente al rey Helseth y a la reina Barenziah en Mournhold. Aunque su atención se centra, principalmente, en los asuntos de Morrowind, pueden aportarle observaciones muy útiles sobre las familias más influyentes de Wayrest y el ambiente político reinante, lo que le ayudará a entender la situación de la corte de la reina Elysana.
El rey Gortwog de Orsinium controla gran parte de las montañas de Wrothgarian así como las riberas del Bjoulsae. Sigue insistiendo en que Orsinium se reconozca como una provincia imperial independiente de Roca alta. El consejo de ancianos tiene ciertas deferencias con Gortwog, a quien reconocen como soberano —incluso recaudan los tributos directamente desde Orsinium—, pero oficialmente sigue considerándose una comarca de Roca alta, aunque su territorio abarca tanto parte de Roca alta como de Hammerfell.
La comarca de Sentinel fue la que más amplió sus confines. Comprende la parte meridional de la bahía de Iliac, desde Abibon-Gora, algo más allá de las montañas Dragontail, hasta Mournoth, que linda con Orsinium. La reina Akorithi legó su feudo a su único hijo superviviente, Lhotun, quien se ha convertido en uno de los reyes más poderosos de Tamriel.
Daggerfall sigue en manos del rey bretón Gothryd y de la reina guarda roja Aubk-I, y engloba la parte occidental de Roca alta, desde Anticlere al este, donde limita con Wayrest, hasta Ykalon en el norte. Han tenido cuatro hijos y son muy queridos por su pueblo.
En estos veinte años de estudio, no hemos observado ninguna otra repercusión de la Deformación del oeste.