Elder Scrolls
Advertisement

C letteromo sumo sacerdote de la Capilla de Akatosh he dedicado mi vida al servicio del Gran Dragón, el que fue primero en el comienzo. El que es más grande y más poderoso de todos los Divinos. El que representa la encarnación misma del infinito.

Soy, obviamente, una persona de fe profunda e inquebrantable. Pero no fe ciega, pues también soy hombre de empresas académicas, y siempre he valorado la educación y la búsqueda de la verdad en todas sus formas. Y así, he tenido el honor y el privilegio de consagrar mi vida a descubrir la verdad sobre Akatosh, en todas las encarnaciones de nuestro adorado Divino.

Por todo el mundo civilizado (y no me refiero solo al Imperio, sino a todas las naciones sobre el gran Nirn que han abrazado las virtudes del aprendizaje y las letras), se adora al Gran Dragón. Normalmente se suele nombrar al más alto de los Divinos como Akatosh. Pero de lo que algunos pueden no darse cuenta es de que ocasionalmente también se lo denomina con otros dos nombres.

Los aldmer se refieren a Akatosh como Auri-El. Los nórdicos lo llaman Alduin. Estos nombres aparecen repetidamente en ciertos textos antiguos, y en cada uno está claro que la deidad en cuestión no es otra que el que llamamos Akatosh.

Y sin embargo hay aquellos que creen, incluso en esta era ilustrada, que no es así. Que las interpretaciones regionales de Akatosh no son interpretaciones de Akatosh en absoluto. En vez de eso, serían referencias a deidades completamente distintas, deidades que podrían compartir o no los mismos aspectos, o no ser el Gran Dragón en absoluto.

Muchos altmer de la isla Estivalia adoran a Auri-El, que es el alma de Anui-El, quien a su vez es el alma de Anu el Todo. Pero si preguntas a los altos elfos mismos (como hice yo cuando viajé a la isla Estivalia para continuar con mi investigación), la mayoría de ellos admitirá que Auri-El no es otra cosa que Akatosh con otro nombre, adornado por sus propias creencias culturales.

Así que tal vez no sea sorprendente que la verdadera disensión teológica se encuentre en Skyrim, entre el pueblo nórdico, tan conocido por su testarudez como por su resistencia y sus proezas en los campos del valor. Cuando viajé a la inhóspita provincia blanca, me sorprendió encontrar a un pueblo cuyas opiniones sobre Akatosh son diametralmente opuestas a las de los altmer. La mayoría del pueblo nórdico parece creer que su legendario Alduin no es Akatosh, sino otra deidad completamente distinta. Un gran dragón, sí, pero no el Gran Dragón.

Determinado a llegar al fondo de la cuestión, consulté con varios nórdicos, destacando entre ellos un viejo y respetado jefe de clan llamado Bjorn Mucha Sangre. Y lo que más me sorprendió de aquellos con los que hablé no fue que creyesen en Alduin en vez en Akatosh, sino que reconocieran a Alduin además de a Akatosh. De hecho, la mayoría de los niños de Skyrim parecían ver a Akatosh de la misma forma que yo: él es, realmente, el Gran Dragón. El primero entre los Divinos, la perseverancia personificada y, más que nada, una fuerza de bien supremo en el mundo.

Alduin, aseguran, es algo completamente distinto.

Que sea o no una deidad permanece en cuestión, pero el Alduin de los cuentos tradicionales nórdicos es de hecho un dragón, pero uno tan antiguo y tan poderoso que lo llamaron el "Devorador de Mundos", y hay escritos que afirman que devora las almas de los muertos para mantener su poder. Otras historias giran en torno a Alduin actuando como algún tipo de rey dragón, uniendo a otros dragones en una guerra contra la humanidad, hasta que finalmente fue derrotado a mano de uno o varios valientes héroes.

No se puede negar que tales leyendas resultan persuasivas. Pero tanto como sumo sacerdote como estudioso, me veo obligado a hacer la pregunta más importante: ¿Dónde están las pruebas?

Los nórdicos de Skyrim le conceden un alto valor a sus tradiciones orales, pero ahí está la esencia de su falta de rigor. Un rumor transmitido por el mercado de Quietud puede cambiar tan dramáticamente a lo largo de unas pocas horas que al final del día uno podría creer que la mitad de los ciudadanos toman parte en un montón de actividades escandalosas. Entonces, ¿cómo puede una persona culta e ilustrada creer una leyenda que se ha transmitido únicamente de boca en boca a lo largo de cientos, o incluso miles de años?

La respuesta a tal pregunta es muy sencilla: de ninguna manera.

Y así, mi conclusión es que el Alduin de las leyendas nórdicas es realmente el poderoso Akatosh, cuya historia acabó retorcida y deformada tras siglos de reformulaciones y embellecimientos. Aunque tampoco es culpa suya, los pueblos primitivos de Skyrim no fueron capaces de entender la bondad y la grandeza del Gran Dragón, y fue su falta de entendimiento la que formó la base de lo que se convirtió, irónicamente, en su más impresionante logro creativo: "Alduin", el Devorador de Mundos, espectro de los cuentos para dormir y una justificación para actos antiguos (aunque imaginados).
Advertisement