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Nota del autor: Gran parte de lo escrito en este libro está reunido a partir de documentos capturados al enemigo durante la guerra, de interrogatorios a prisioneros y de relatos de testigos realizados por soldados y oficiales Imperiales que sobrevivieron. Yo mismo comandé la Legión X en el Páramo del Martillo y en Cyrodiil hasta que fui herido en el 175 durante el ataque a la Ciudad Imperial. Habiendo dicho esto, puede que nunca se conozca toda la verdad de algunos sucesos. He hecho todo lo posible para llenar los huecos con conjeturas bien fundamentadas que se basan en mi experiencia, así como en mi conocimiento duramente ganado del enemigo.

El ascenso de los Thalmor[]

Aunque no es un hecho muy conocido, la isla de Estivalia sufrió tanto con la Crisis de Oblivion como lo hizo Cyrodiil. Los elfos lucharon contra los invasores de Oblivion, llegando a cruzar ocasionalmente para cerrar sus puertas. Como nación, tuvieron más éxito que Cyrodiil, aunque las ilimitadas hordas de daedra convirtieron el resultado en una conclusión inevitable.

Los Thalmor siempre habían sido una nación poderosa en la isla de Estivalia, pero también habían sido siempre una voz minoritaria. Durante la crisis, la Torre de Cristal se vio forzada a conceder a los Thalmor más poder y autoridad. Es casi seguro que sus esfuerzos salvaron la isla de Estivalia de ser invadida. Se aprovecharon de su éxito para asumir el control total en el 22 de la Cuarta Era. Cambiaron el nombre de la nación a Alinor, que viene de una edad más temprana antes del ascenso del hombre. La mayoría de la gente fuera del Dominio de Aldmer todavía la llama isla de Estivalia, por mal humor o por ignorancia.

En el 29 de la Cuarta Era, el gobierno de Bosque Valen fue derrocado por colaborar con los Thalmor y se proclamó una unión con Alinor. Parece que los agentes de los Thalmor habían establecido lazos estrechos con ciertas facciones bosmer incluso antes de la Crisis de Oblivion. El Imperio y sus aliados bosmer, completamente cogidos por sorpresa, fueron rápidamente derrotados por las fuerzas aldmer, mucho mejor preparadas, que invadieron Bosque Valen nada más producirse el golpe de estado. De esta forma, renació el Dominio de Aldmer.

Un poco más tarde, el Dominio cortó todo contacto con el Imperio. Permanecieron en silencio durante setenta años. La mayor parte de los eruditos creían que había algún tipo de lucha interna en Alinor, pero poco se sabe de los conflictos entre facciones que continuaron dentro del Dominio mientras que los Thalmor consolidaban su poder en Estivalia y en Bosque Valen.

En el 98 de la Cuarta Era, las dos lunas, Masser y Secunda, se desvanecieron. En la mayor parte del Imperio, esto se contempló con inquietud y miedo. En Elsweyr fue mucho peor. Culturalmente, las lunas tienen mucha más influencia para los khajiitas. Dos años después de las Noches Vacías, regresaron las lunas. Los Thalmor anunciaron que las habían restablecido usando magia del amanecer anteriormente desconocida, pero no está claro si de verdad lo hicieron o tan solo se aprovecharon del conocimiento previo de su regreso.

Independientemente de la verdad sobre el asunto, los khajiitas consideraron a los Thalmor sus salvadores. En quince años, la influencia del Imperio en Elsweyr había disminuido tanto que el Imperio no pudo responder con efectividad al golpe de estado del 115 de la Cuarta Era, que disolvió la Confederación Elsweyr y recreó los antiguos reinos de Anequina y Pelletine como estados clientes del Dominio de Aldmer. Una vez más, el Imperio fracasó a la hora de detener el avance del poder de los Thalmor.

Cuando Tito Mede II subió al trono en el 168 de la Cuarta Era, heredó un imperio debilitado. Los días de gloria de los Septim eran un recuerdo lejano. Bosque Valen y Elsweyr habían desaparecido, cedidos al enemigo Thalmor. Se había perdido el gobierno de Ciénaga Negra tras las secuelas de la Crisis de Oblivion. Morrowind nunca se había recuperado completamente de la erupción de la montaña de Páramo de Vvarden. Páramo del Martillo estaba infestado por las luchas internas entre los Coronas y los Antepasados. Solo Roca Alta, Cyrodiil y Skyrim continuaron siendo prósperas y pacíficas.

El emperador Tito Mede solo dispuso de unos pocos años para consolidar su gobierno antes de que su liderazgo se viera puesto a prueba.

Comienza la guerra[]

En el trigésimo día de la Helada del año 171 de la Cuarta Era, el Dominio de Aldmer envió un embajador a la Ciudad Imperial con un regalo en un carro cubierto y un ultimátum para el nuevo emperador. La larga lista de demandas incluía tributos escalonados, la disolución de los Cuchillas, la prohibición del culto a Talos y la cesión de grandes secciones de Páramo del Martillo al Dominio. A pesar de las advertencias de sus generales respecto a la debilidad militar del Imperio, el emperador Tito Mede II rechazó el ultimátum. El embajador Thalmor volcó el carro, derramando más de cien cabezas en el suelo: todos los agentes de los Cuchillas en Estivalia y Bosque Valen. Y así dio comienzo la Gran Guerra que consumiría al Imperio y al Dominio Aldmer durante los cinco años siguientes.

En cuestión de días, los ejércitos aldmer invadieron Páramo del Martillo y Cyrodiil de forma simultánea. Una gran fuerza comandada por el general Thalmor lord Naarifin atacó Cyrodiil desde el sur, avanzando desde campamentos ocultos al norte de Elsweyr y flanqueando las defensas Imperiales a lo largo de la frontera con Bosque Valen. Leyawiin cayó pronto ante los invasores, mientras que Bravil quedó aislada y sitiada.

Al mismo tiempo, el ejército aldmer bajo lady Arannelya cruzó hasta el oeste de Cyrodiil desde Bosque Valen, evitando Yunque y Kvatch y cruzando hasta el interior de Páramo del Martillo. Fuerzas más pequeñas de los aldmer desembarcaron a lo largo de la línea costera de Páramo del Martillo. Las desunidas fuerzas de los guardias rojos solo ofrecieron resistencia desorganizada ante los invasores, y gran parte de la costa sur se perdió rápidamente. Las legiones Imperiales, muy superadas en número, se retiraron por el desierto de Alik'r en la ya famosa Marcha de la Sed.

172-173 de la Cuarta Era: el avance de los aldmer hasta Cyrodiil[]

Ahora parece que el objetivo inicial de los aldmer era de hecho la conquista de Páramo del Martillo, y que el único motivo de la invasión de Cyrodiil era retener a las legiones Imperiales mientras lo conquistaban. No obstante, el sorprendente éxito inicial del ataque de lord Naarifin llevó a los Thalmor a creer que el Imperio era más débil de lo que habían pensado en un principio. La propia captura de la Ciudad Imperial y el derrocamiento absoluto del Imperio se convirtió así en su objetivo principal durante los dos años siguientes. Como sabemos, los Thalmor casi alcanzaron su objetivo. Solo gracias al liderazgo determinado de nuestro emperador durante la hora más oscura del Imperio se pudo evitar el desastre.

Durante el año 172 de la Cuarta Era, los aldmer se adentraron más aún en Cyrodiil. Bravil y Yunque cayeron ante los invasores. A finales de año, lord Naarifin había avanzado hasta los mismísimos muros de la Ciudad Imperial. Hubo feroces choques navales en el lago Rumare y a lo largo del Niben, ya que las fuerzas Imperiales intentaron defender la orilla este.

En Páramo del Martillo, los Thalmor se contentaron con consolidar sus ganancias mientras tomaban el control de toda la costa sur, que de hecho era el objetivo que declaraban en el ultimátum entregado al emperador. De las ciudades del sur, solo Hegathe seguía resistiendo. Los supervivientes de la Marcha de la Sed se reagruparon al norte de Páramo del Martillo, a los que se reunieron los refuerzos de Roca Alta.

El año 173 de la Cuarta Era pudo presenciar la rígida resistencia Imperial en Cyrodiil, pero el aparentemente inexorable avance de los aldmer continuaba. Legiones de refresco de Skyrim reforzaron el ejército principal del emperador en la Ciudad Imperial, pero los aldmer forzaron el cruce del Niben y comenzaron a avanzar con fuerza orilla este arriba. A finalizar el año, la Ciudad Imperial estaba rodeada por los tres lados; solo la ruta de abastecimiento del norte hacia Bruma permanecía abierta.

En Páramo del Martillo, la suerte del Imperio cambió para mejor. A principios del 173 de la Cuarta Era, un ejército de Antepasados de Centinela rompió el asedio de Hegathe (una ciudad de los Corona), lo que llevó a la reconciliación de ambas facciones. A pesar de esto, el ejército principal de lady Arannelya consiguió cruzar el desierto de Alik'r. Las legiones Imperiales bajo el mando del general Deciano lucharon contra ellos frente a Skaven en un choque sangriento y nada concluyente. Deciano se retiró y dejó a Arannelya en posesión de Skaven, pero los aldmer estaban demasiado debilitados para continuar con su avance.

174 de la Cuarta Era: el saqueo de la Ciudad Imperial[]

En el 174 de la Cuarta Era, los líderes Thalmor dedicaron todas las fuerzas disponibles a la campaña en Cyrodiil, jugándosela para conseguir una victoria decisiva que acabara con la guerra de una vez por todas. Durante la primavera, se reunieron refuerzos aldmer al sur de Cyrodiil, y en el duodécimo día de Segunda semilla, lanzaron un ataque masivo sobre la propia Ciudad Imperial. Un ejército se dirigió hacia el norte para rodear completamente la ciudad, mientras que la fuerza principal de lord Naarifin atacó los muros desde el sur, este y oeste. La decisión del emperador de abrirse paso luchando fuera de la ciudad antes de plantar cara por última vez fue arriesgada. Ningún general se atrevió a aconsejarle que abandonase la capital, pero, al final, se demostró que Tito II tenía razón.

Mientras que la Legión VIII libraba una lucha desesperada (y condenada) en una acción de retaguardia en los muros de la ciudad, Tito II salió de la ciudad hacia el norte con su ejército principal, arrasando a través de las fuerzas aldmer que los sitiaban y enlazando con refuerzos que marchaban hacia el sur desde Skyrim, al mando del general Jonna. Mientras, no obstante, la capital calló ante los invasores y comenzó el famoso saqueo de la Ciudad Imperial. Quemaron el Palacio Imperial, saquearon la Torre Blanca y Dorada y los vengativos elfos cometieron todo tipo de atrocidades sobre las pobres gentes.

En Páramo del Martillo, el general Deciano se preparaba para expulsar a los aldmer de Skaven cuando se le ordenó marchar hacia Cyrodiil. Sin querer abandonar por completo Páramo del Martillo, permitió que se licenciaran un gran número de "inválidos" antes de marchar hacia el este. Estos veteranos formaban el núcleo del ejército que al final expulsaría a las fuerzas de lady Arannelya al otro lado del Alik'r a finales del 174, sufriendo grandes pérdidas en su retirada a causa de los acosadores ataques de los guerrero alik'r.

175 de la Cuarta Era: la Batalla del Anillo Rojo[]

Durante el invierno del 174 a 175 de la Cuarta Era, los Thalmor parecen haber creído que la guerra en Cyrodiil estaba muy lejos de terminar. Hicieron varios intentos de negociación con Tito II. El emperador alimentó la creencia de que se iba a rendir; mientras, reunía a sus fuerzas para recuperar la Ciudad Imperial.

En lo que se conoce como la Batalla del Anillo Rojo, un combate que servirá de modelo para los estrategas Imperiales durante las generaciones venideras, Tito dividió sus fuerzas en tres. Un ejército, con las legiones de Páramo del Martillo bajo el mando del general Deciano, se ocultó en las Tierras Altas colovianas cerca de Chorrol. Los aldmer no sabían que ya no se encontraba en l Páramo del Martillo, posiblemente porque los veteranos Imperiales que Deciano había dejado atrás habían llevado a lady Arannelya a creer que aún se enfrentaba al ejército Imperial. El segundo ejército, formado en gran parte por legiones nórdicas bajo el mando del general Jonna, tomó posición cerca de Cheydinhal. El ejército principal, dirigido por el propio emperador, se encargaría del asalto principal a la Ciudad Imperial desde el norte.

En el trigésimo día de Mano de lluvia, comenzó la sangrienta Batalla del Anillo Rojo cuando el general Deciano cayó sobre la ciudad desde el oeste, mientras que los legionarios del general Jonna avanzaban hacia el sur a lo largo del camino del Anillo Rojo. En un asalto de dos días, el ejército de Jonna cruzó el Niben y avanzó hacia el oeste, intentando enlazar con las legiones de Deciano para rodear así la Ciudad Imperial. El ataque de Deciano cogió por sorpresa a lord Naarifin, pero las tropas de Jonna se enfrentaron a una enconada resistencia cuando los aldmer contraatacaron desde Bravil y Skingrad. Los heroicos legionarios nórdicos resistieron, rechazando los demoledores ataques aldmer. Para el quinto día de batalla, el ejército aldmer de la Ciudad Imperial se encontraba rodeado.

Tito II dirigió el asalto desde el norte, capturando personalmente a lord Naarifin. Se rumorea que el emperador empuñó la famosa espada Marca de Oro, aunque esto nunca ha sido confirmado oficialmente por el gobierno Imperial. Un intento de los aldmer por romper el asedio a la ciudad hacia el sur fue bloqueado por el inquebrantable escudo formado por las magulladas legiones del general Jonna.

Al final, el principal ejército aldmer en Cyrodiil fue completamente destruido. La decisión del emperador de retirarse de la Ciudad Imperial en el 174 de la Cuarta Era fue sangrientamente justificada.

A lord Naarifin lo mantuvieron con vida durante treinta y tres días, colgando de la Torre Blanca y Dorada. No se registró el lugar donde enterraron su cuerpo, si es que lo enterraron. Una fuente afirma que, en el trigesimocuarto día, un daedra alado se lo llevó.

El Concordato Blanco y Dorado y el final de la guerra[]

Aunque victoriosos, los ejércitos Imperiales no estaban en condiciones de continuar con la guerra. Las fuerzas Imperiales restantes estaban reunidas en Cyrodiil, agotadas y diezmadas por la Batalla del Anillo Rojo. No había una sola legión que contara con más soldados listos para servir. Dos legiones habían sido completamente aniquiladas, sin contar con la pérdida de la VIII, durante la retirada de la Ciudad Imperial el año anterior. Tito II sabía que no habría un mejor momento para negociar la paz, y a finales del 175 de la Cuarta Era, el Imperio y el Dominio de Aldmer firmaron el Concordato Blanco y Dorado, que ponía fin a la Gran Guerra.

Las condiciones fueron duras, pero Tito II creía que era necesario para asegurar la paz y dar al Imperio una oportunidad de recuperar su fuerza. Las dos condiciones más controvertidas del Concordato fueron la prohibición del culto a Talos y la cesión de una gran parte del sur de Páramo del Martillo (cuya mayor parte ya estaba ocupada por las fuerzas aldmer). Los críticos han señalado que el Concordato es casi idéntico al ultimátum que el emperador había rechazado hacía cinco años. No obstante, hay una gran diferencia en acordar tales condiciones bajo una mera amenaza de guerra y aceptarlas al final de una larga y destructiva contienda. Ninguna parte del Imperio habría aceptado estos términos en el año 171 de la Cuarta Era, dictados por los Thalmor a punta de espada. Tito II se habría enfrentado a una guerra civil. Para el 175, la mayor parte del Imperio daba la bienvenida a la paz a cualquier precio.

Epílogo: Páramo del Martillo continúa luchando solo[]

No obstante, Páramo del Martillo renunció a aceptar el Concordato Blanco y Dorado, sin querer conceder una derrota y la pérdida de tal parte de su territorio. Tito II se vio obligado a renunciar oficialmente a él como provincia del Imperio, para preservar el tratado de guerra ganado con tanto esfuerzo. Los guardias rojos, comprensiblemente, vieron esto como una derrota. En esto, los Thalmor lograron uno de sus objetivos a largo plazo al sembrar un rencor duradero entre Páramo del Martillo y el Imperio.

Al final, los heroicos guardias rojos combatieron con el Dominio de Aldmer hasta llegar a un punto muerto, aunque la guerra duró cinco años más y dejó devastado el Páramo del Martillo. Los guardias rojos dicen que esto demuestra que el Concordato Blanco y Dorado no era necesario y que, si Tito II no hubiera perdido los nervios, los aldmer podrían haber sido verdaderamente derrotados por las fuerzas combinadas de Páramo del Martillo y del resto del Imperio. La verdad de dicha afirmación, obviamente, nunca podrá ser demostrada. Pero los guardias rojos no deberían olvidar el gran sacrificio de sangre Imperial - bretona, nórdica y cyrodílica - en la Batalla del Anillo Rojo, que debilitó al Dominio lo suficiente como para permitir el Segundo Tratado de Stros M'kai en el 180 de la Cuarta Era y la retirada de las fuerzas aldmer de Páramo del Martillo.

No puede haber dudas respecto a que la paz actual no durará para siempre. Los Thalmor miran a largo plazo, tal y como demuestra la serie de eventos que llevaron a la Gran Guerra. Todos aquellos que valoran la libertad por encima de la tiranía solo pueden esperar a que, antes de que sea demasiado tarde, Páramo del Martillo y el Imperio se reconcilien y permanezcan unidos contra la amenaza Thalmor. De lo contrario, se oscurecerá cualquier esperanza de poder cambiar la marea del gobierno Thalmor sobre toda Tamriel.

Apariciones[]

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