Artículo principal: Libros (Skyrim)
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Localizaciones[]
Skyrim[]
- Bastión del Brillo Tenue.
- Casa abandonada, Markarth.
- Cueva de Hob.
- Puesto avanzado de Séptimo Signo.
- Tumba de Hillgrund.
Online[]
- Nido de Mephala, Páramo de Piedra.
- Quebrada Diente Roto, Auridon.
- Tanzelwil, Auridon.
Contenido[]
(El siguiente testimonio es auténtico. Que sirva de advertencia para aquellos con oídos y corazones atentos).
Cierto día, a cierta hora, los fieles se reunieron para realizar ciertos rituales, esperando vislumbrar a su maestra. El día era correcto y la ceremonia se realizó adecuadamente.
Rasgando el Velo, Ella en persona se les apareció, terrible y resplandeciente. Allí estaba, envuelta en un ébano más oscuro que una noche sin luna, blandiendo una espada que ardía con más fuerza que la superficie de un sol. Y aunque vestía como una reina guerrera dunmer, se alzó por encima de ellos como una estatua tallada a partir de la Montaña Roja misma.
«¿Para qué me habéis molestado?».
Sorprendidos, los primeros de ellos rogaron de esta forma: «Oh, Boethiah, príncipe de las conspiraciones, embaucadora de naciones, reina de las sombras, diosa de la destrucción, ¡hemos venido a adorarte!».
Ella miró de forma condescendiente a los seguidores que se habían reunido para verla. Con gesto torvo, preguntó al primero:
«Dime, tú que afirmas conocerme... ¿Cómo te reconoceré yo a ti?».
Lleno de temor, el fiel exclamó: «Cada noche te dedico mis oraciones, cada noche pronuncio tus maravillosos nombres. ¿No reconoces el sonido de mi voz? Soy el más devoto de tus creyentes».
Ella frunció el ceño exhalando un prolongado suspiro y, de pronto, el hombre desapareció, dispersado por el aire de los pulmones de la diosa.
Volviéndose hacia el segundo fiel, le preguntó:
«¿Y tú? ¿Cómo puedo medir el valor de tu existencia?».
Aturdido por el poderío de su voz, el segundo adorador se doblegó ante su semblante cada vez más ceñudo.
Ella dio una palmada, y el segundo hombre también desapareció.
Habló al tercero:
«Y tú, dime, ¿cómo te distinguiré de otros como esos de los que ya no queda rastro?».
Conmocionado y sin palabras por la desaparición de sus hermanos, el tercer hombre susurró: «¡Ten piedad de nosotros!».
Ella pestañeó dos veces. La primera vez, él sufrió horriblemente. La segunda, fue destruido.
Lanzó una mirada fulminante a todos los que quedaban y dijo:
«Yo no tengo piedad».
Y así actuó con los demás. Los ponía a prueba, y ellos no sabían reaccionar.
Finalmente, vino a mí, con los ojos brillando por la ira y la lengua húmeda por el odio, y dijo:
«De todos mis creyentes, solo quedan dos. Dime, penúltimo, ¿con qué me probarás tu existencia?».
Sin dudarlo un segundo, desenvainé mi espada y la enterré en el pecho del otro hombre que estaba junto a mí. Sin miedo, respondí de esta forma: «Pregúntale a aquel cuya sangre mancha mi espada si existo».
Ella sonrió. Y las puertas de Oblivion se abrieron entre sus dientes. Entonces, dijo:
«Dime, mi ahora último seguidor, ¿por qué tú permaneces y los otros no?».
Recuperé mi espada y la ofrecí diciendo: «Estoy vivo porque este otro ha muerto. Existo porque tengo la voluntad para hacerlo. Y seguiré con vida mientras haya señales de mis acciones, como la sangre que gotea de esta espada».
Aceptando mi ofrenda, ella asintió y dijo:
«Bien dicho».
(Si al leer esto te hierve la sangre en las venas y tu mente arde sin control, entonces Boethiah te llama. Lo más sensato en ese caso será responder a su llamada).
Curiosidades[]
- Este libro solo aparecerá en Skyrim cuando el Dovahkiin sea, como mínimo, nivel 30. Al leerlo dará inicio la misión daédrica conocida como La llamada de Boethiah.
Apariciones[]
- The Elder Scrolls V: Skyrim (primera aparición).
- The Elder Scrolls Online.