Sai es el dios de la suerte. Los que están familiarizados con él lo llaman por su apodo, Lucky ("Afortunado"). Nació mortal y tenía el don de otorgar suerte a los demás pero no a sí mismo. Se convirtió en soldado, pero fue asesinado en su primera batalla a pesar de que su bando ganó. Reymon Brazo de Ébano se le apareció y le ofreció la inmortalidad si aceptaba extender su suerte a su alrededor. Brazo de Ébano le contó que los dioses estaban sobrecargados de trabajo viendo los acontecimientos y pensaban que su talento innato podría equilibrar las cosas. Accedió de buena gana y le contaron que podría mantener su cuerpo durante un tiempo antes de que comenzara a desvanecerse.[1]
Se convirtió en un calderero y jugador vagabundo, recorriendo el mundo con su lobo gris Grellan. Fue entonces cuando conoció a una desafortunada mujer llamada Josea en Skyrim, con quien se casó y tuvo una hija "una hermosa niña con el pelo de plata, pero los ojos azul anciano". Trajo prosperidad a la región, lo que dio lugar a que los falmer fueran expulsados de Skyrim y que los nórdicos tomaran gran parte de Morrowind y Roca Alta.
Sus visitas a Josea se hicieron cada vez menos frecuentes, hasta que una noche ella le siguió para espiarle y descubrió que discutía con varias personas. Eran los avatares de Mara, Reymon Brazo de Ébano y otros dioses menores. Se le dijo que ya no podía quedarse con su familia ya que la suerte que había traído a la zona estaba teniendo graves consecuencias. Recibió la misión de poner las cosas en orden de nuevo y su cuerpo debía desaparecer. Sólo podría visitar a su esposa una vez al año y en espíritu. Rogó a Mara para que le diera un cuerpo y ella le permitió tomar la forma de un lobo de vez en cuando.[2]
En cuanto los dioses partieron Josea se le encaró. Sai le habló de sus verdaderos orígenes y le explicó su situación. Les dio a sus hijos un beso de despedida y le dijo a Josea que iba a sentir su presencia una vez al año. A Sai le llevó ciento cincuenta años arreglar las cosas y necesitó mucha ayuda. Los nórdicos aún le tienen en alta estima por lo que prefieren no matar lobos a menos que sea necesario.[2]
Ante el Rey Edward, un personaje conocido como el esclavo de Moraelyn dijo ser descendiente de Sai. Le reveló a Edward que notaba la presencia de Sai una vez al año y que su abuela solía dejar un poco de comida y un cuenco de leche en las noches de invierno "para el lobo".[2]
Un excesivo culto de Sai causa la enfermedad conocida como la Aflicción de Sai. Las víctimas de la enfermedad han sido abandonadas por Sai y anhelan la presencia del dios. Se vuelven adictos al juego, buscando la prueba del favor de los dioses. Esto por lo general deja a la víctima en situación de pobreza o con muchas deudas.[3]
Se pueden encontrar elicarios dedicados a Sai en toda la región de la Bahía de Iliac.[4]
Apariciones[]
- The Elder Scrolls II: Daggerfall (solo mencionado).
Referencias[]
- ↑ Rey Edward, parte XI
- ↑ 2,0 2,1 2,2 Rey Edward, parte X
- ↑ Diálogo con los Seguidores de Stendarr en Daggerfall.
- ↑ Relicarios de Sai en Daggerfall.