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Por el Aprendiz Siniestro
Nota mental: recuerda que lo más importante es rendir homenaje a las llamas de las Tierras Muertas primero.
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Como se explica en «Puentes liminares», la circumpenetración transportante del límite requiere la cooperación, implícita o no, de un lord daedra.
Por desgracia para el prestidigitador de medios modestos, el proceso descrito es costoso, esotérico en grado sumo e increíblemente peligroso. Por suerte para el practicante de estudios de conjuración que tenga una mentalidad abierta, cabe otra opción.
Se sabe que la escoria de las Tierras Muertas ofrece usar las piedras sello existentes para realizar una travesía. Aunque sus intenciones deben considerarse con cauteloso recelo, con frecuencia es posible emprender estudios transliminales con un riesgo mínimo para uno, sobre todo si el intermediario tiene motivos suficiente para ello.
Las Tierras Muertas, claro, están repletas de calor abrasador y cenizas sofocantes. Pero si encuentras una manera de apagarlos, tendrás al alcance de la mano sus secretos y los del propio Oblivion.
Así pues, presta atención y lee bien lo que les sucedió a aquellos que intentaron contactar con estos dominios por primera vez.
El pionero fue el erudito Daron que pensó que el poder puro de la llama elemental bastaría para iniciar el contacto con los dremora de las Tierras Muertas. Aunque realizó un intento impresionante (de hecho, el fuego producido en las paredes de su choza acabó provocando uno de los peores incendios forestales de la historia de Bosque Valen), al final resultó inútil. Sus cenizas nunca se recuperaron.
Creyendo que Daron iba bien encaminado, Olpion de Primada pretendió aislar las llamas con tierra compactada. Según informan, estuvo a punto de conseguirlo, pero, cuando las cámaras se desprendieron de las paredes de la Torre de Cristal, el aparato se desenfocó, lo que produjo el colapso del portal.
Al final, fue la naga Avumar, cuya aproximación polifacética le condujo a la revelación final. Una vez se prendieron las llamas, la propia Avumar pensó en usar un recipiente de barro para convertir la inmensa energía en vapor. Cuando la caldera alcanzó la temperatura suficiente, puso conversar con un dremora de cierto poder del otro lado.
Aliviada, sin duda, por haber tenido éxito donde sus predecesores habían fracasado, Avumar aceptó con rapidez los términos del contrato del dremora. Resultó ser una decisión aciaga que acabó llevando a la caída de La Espina.
Ten cuidado, por tanto, en tus intentos de ponerte en contacto con las Tierras Muertas, ya que rara vez sale algo bueno de cerrar tratos apresurados con las criaturas que las consideran su hogar.
Apariciones[]
- The Elder Scrolls Online (primera aparición).