Elder Scrolls
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Dramatis Personae

Malvasian: alto elfo, mago guerrero
Inzoliah: elfa oscura, maga guerrera
Dolceto: curandero cyrodílico
Schiavas: bárbaro argoniano
Un fantasma
Algunos bandidos
Escenario: Bosque de Elden

Cuando sube el telón, vemos el nebuloso y laberíntico paisaje de la legendaria Arboleda de Elden de Bosque Valen. Oímos aullidos de lobos alrededor. La sangrienta figura de un reptil, SCHIAVAS, aparece por entre las ramas de uno de los árboles y reconoce el terreno.

SCHIAVAS: Está despejado.

INZOLIAH, una bella maga elfa oscura, baja del árbol ayudada por el bárbaro. Se oyen unos pasos cercanos. Schiavas desenfunda su espada e Inzoliah se prepara para lanzar un hechizo. No ocurre nada.

INZOLIAH: Estás sangrando. Tendrías que dejar que Dolceto te curara eso.

SCHIAVAS: Todavía está agotado por todos los hechizos que tuvo que lanzar en las cuevas. Estoy bien. Si salimos de esta y nadie la necesita, me tomaré la última poción de curación. ¿Dónde está Malvasian?

MALVASIAN, un alto elfo mago guerrero y DOLCETO, un curandero cyrodílico, salen del árbol cargando un pesado cofre que tratan de bajar con torpeza.

MALVASIAN: Aquí estoy, aunque no entiendo por qué estoy trasladando esta pesada carga. Siempre pensé que la ventaja de adentrarse en una mazmorra junto a un bárbaro inmenso sería que cargaría con todo el botín.

SCHIAVAS: Si llevo eso, mis manos estarían demasiado ocupadas como para luchar. Y, corrígeme si me equivoco, pero a ninguno de los tres os quedan suficientes reservas de magia como para salir vivos de aquí. No después de que electrificarais e hicierais explotar a todos esos homunculosos allá abajo.

DOLCETO: Homúnculos.

SCHIAVAS: No te preocupes, no voy a hacer lo que crees que voy a hacer.

IZOLIAH (inocentemente): ¿El qué?

SHIAVAS: Mataros a todos y quedarme con la Cota de ébano para mí solo. Admite que es lo que crees que estaba tramando.

DOLCETO: Qué idea más horrible. Nunca pensé que nadie, por muy vil y degenerado que fuera...

INZOLIAH: ¿Por qué no?

MALVASIAN: Como nos acaba de decir, necesita porteadores. No puede llevar el cofre y luchar contra los habitantes de Arboleda de Elden al mismo tiempo.

DOLCETO: Por Stendarr, lo que nos faltaba, el típico conspirador argoniano...

INZOLIAH: ¿Y a mí para qué me necesitas?

SCHIAVAS: Yo no te necesito. Simplemente es que eres más guapa que los otros dos, para ser de piel fina, claro. Y si algo nos persigue, puede que vaya a por ti primero.

Se oye un ruido que proviene de unos arbustos cercanos.

SCHIAVAS: Ve a ver.

INZOLIAH: Seguramente sea un lobo. Estos bosques están plagados. Ve tú a ver.

SCHIAVAS: Puedes elegir, Inzoliah. Ve y puede que sigas viva. Quédate y morirás.

Inzoliah se lo piensa y, a continuación, se dirige a los arbustos.

SCHIAVAS (a Malvasian y Dolceto): El rey de Silvenar pagará una buena cantidad por la Cota. Podemos dividirnos mejor la recompensa entre tres que entre cuatro.

INZOLIAH: Tienes mucha razón.

De repente, Inzoliah levita hasta el techo del escenario. Un fantasma semitransparente sale del arbusto y se acerca apresuradamente a la persona más próxima, que resulta ser Schiavas. Mientras el bárbaro grita, propinando espadazos, el fantasma dirige ráfagas de gas hacia él. El bárbaro se desploma. El fantasma se aproxima al desafortunado Dolceto, el curandero, y cuando concentra su gélido frío en él, Malvasian le lanza una bola de fuego que lo hace desvanecerse en el nebuloso aire.

Inzoliah vuela de nuevo hasta el suelo mientras Malvasian examina los cuerpos de Dolceto y Schiavas, ambos pálidos por el poder absorbente del fantasma.

MALVASIAN: Después de todo, tenías algo de magia reservada.

INZOLIAH: Igual que tú. ¿Están muertos?

Malvasian coge la poción de curación de la bolsa de Dolceto.

MALVASIAN: Sí. Afortunadamente, la poción de curación no se rompió al caer. Bueno, creo que ya solo quedamos dos para recoger la recompensa.

INZOLIAH: No podemos salir de aquí el uno sin el otro, nos guste o no.

Los dos magos guerreros cargan con el cofre y empiezan a andar lenta y cautelosamente entre la maleza, haciendo una pausa de vez en cuando al oír pasos u otros ruidos espeluznantes.

MALVASIAN: A ver si lo he entendido bien. Te quedaba un poco de magia, así que decidiste usarla para hacer que Schiavas fuera el blanco del fantasma y obligarme a usar casi toda mi reserva limitada para destruir a la criatura y que de esa forma no fuera más poderoso que tú. Eso ha sido muy inteligente.

INZOLIAH: Gracias. Solo es lógico. ¿Te queda suficiente poder como para lanzar algún otro hechizo?

MALVASIAN: Naturalmente. Un experimentado mago guerrero siempre sabe cómo formular hechizos menores pero tremendamente efectivos en caso de apuro. Me imagino que tú también escondes algunos trucos debajo de la manga.

INZOLIAH: Por supuesto, como ya has dicho.

Se paran un momento antes de continuar y un horrible gemido atraviesa el aire. Cuando cesa, caminan lentamente y con dificultad.

INZOLIAH: Tan solo como ejercicio intelectual, me pregunto qué hechizo me lanzarías si saliéramos de aquí sin tener que combatir más.

MALVASIAN: Espero que no insinúes que me gustaría asesinarte para no tener que compartir el tesoro.

INZOLIAH: Por supuesto que no, y yo tampoco te haría eso. Solo es un ejercicio mental.

MALVASIAN: Bueno, en ese caso, simplemente como ejercicio intelectual, probablemente te lanzaría un hechizo de sangría, que absorbería tu fuerza vital para curarme a mí mismo. Después de todo, hay bandoleros en el camino de aquí a Silvenar y un mago guerrero herido con un artefacto valioso sería una presa tentadora. No me gustaría sobrevivir a Arboleda de Elden para morir después en un tramo despejado.

INZOLIAH: Es una respuesta bien razonada. Pues yo creo, recalcando de nuevo que no lo voy a poner en práctica, que un simple rayo eléctrico lanzado de forma repentina cumpliría perfectamente con mi objetivo. Estoy de acuerdo con que los bandoleros son un peligro, pero no olvidemos que disponemos de una poción de curación. Podría asesinarte fácilmente y curarme del todo.

MALVASIAN: Muy cierto. Entonces, todo se reduciría a qué hechizo sería el más efectivo en ese momento. Si nuestros hechizos se contrarrestaran uno al otro, de manera que yo absorbiera tu energía vital y después me quedara paralizado por tu rayo eléctrico, entonces ambos podríamos morir. O dejarnos tan cerca de la muerte que una simple poción de curación a duras penas podría ayudarnos a ninguno, y menos a los dos a la vez. Qué irónico sería que dos magos guerreros maquinadores, con lo que no digo que seamos realmente maquinadores, es simplemente para dar más ambiente a este ejercicio mental, se quedaran al filo de la muerte, con sus reservas de magia totalmente agotadas y con una poción de curación que solo sanaría a uno. Y entonces, ¿quién se la quedaría?

INZOLIAH: Lógicamente, el que se la bebiera primero, que en este caso serías tú porque la llevas encima. Pero ¿qué pasaría si uno de nosotros estuviera herido, pero no muerto?

MALVASIAN: Supongo que la lógica dicta que un mago guerrero maquinador se tomaría la poción y dejaría a su compañero herido a merced de los elementos.

INZOLIAH: Eso parece lo más razonable. Sin embargo, supongamos que los magos guerreros, aunque se trate verdaderamente de tipos maquinadores, sienten un cierto respeto el uno por el otro. Quizás en este caso, el vencedor podría, por ejemplo, colocar la poción en lo alto de un árbol cercano a su víctima gravemente herida. Entonces, cuando la parte herida dispusiera de la magia suficiente, sería capaz de levitar hasta las ramas del árbol y recuperar la poción. Para entonces, el mago guerrero vencedor ya habría cobrado la recompensa.

Paran un momento al oír un sonido proveniente de un arbusto cercano. Cautelosamente, suben a las ramas de un árbol para evitarlo.

MALVASIAN: Entiendo lo que dices, pero parece que la opción de dejar a su víctima con vida no cuadra con el carácter de nuestro hipotético mago guerrero maquinador.

INZOLIAH: Puede ser. Sin embargo, he observado que la mayoría de los magos guerreros maquinadores disfrutan al vencer a alguien en combate y permiten que esa persona sobreviva para arrastrar esa humillación.

MALVASIAN: Parece como si esos magos guerreros hipotéticos... (emocionado) ¡La luz del día! ¿La ves?

Los dos corren a toda prisa por la rama y se dejan caer tras el arbusto, desapareciendo de nuestra vista. Sin embargo, observamos el brillante halo de luz del sol.

MALVASIAN (tras el alto arbusto): Lo conseguimos.

INZOLIAH (también tras el alto arbusto): Efectivamente.

Se produce una repentina explosión de energía eléctrica seguida de una aullante y desatada aura de luz roja. Tras un momento de silencio, oímos a alguien subir al árbol. Es Malvasian, que coloca la poción en lo alto de una rama. Se ríe entre dientes mientras vuelve a bajar del árbol. Cae el telón.

Epílogo

Sube el telón y aparece en el escenario el camino hacia Silvenar. Una banda de bandidos ha rodeado a Malvasian, que está apoyado en su báculo, casi incapaz de mantenerse en pie. Le arrebatan el cofre con facilidad.

BANDIDO 1: ¿Qué tenemos aquí? ¿No sabes que no es seguro ponerse en camino con lo enfermo que estás? ¿Por qué no te ayudamos a llevar tu carga?

MALVASIAN (débilmente): Por favor... Déjame...

BANDIDO 2: ¡Vamos, lanzador de conjuros, lucha contra nosotros por esto!

MALVASIAN: No puedo... estoy demasiado débil...

De repente, Inzoliah aparece volando, lanzando rayos a través de sus dedos a los bandidos, que huyen a toda prisa. Aterriza y coge el cofre. Malvasian se desploma moribundo.

MALVASIAN: Hipotéticamente, ¿qué pasaría si... una maga guerrera lanzara un hechizo a otro que no le hiriera en seguida, pero que... consumiera poco a poco su energía vital y su magia, por lo que no lo sabría en ese momento, pero... se sentiría lo bastante seguro como para dejar atrás la poción de curación?

INZOLIAH: Qué maga guerrera más traicionera sería.

MALVASIAN: E... hipotéticamente..., ¿estaría dispuesta a ayudar a su enemigo caído... para poder disfrutar de su humillación mientras siguiera... con vida?

INZOLIAH: Según mi experiencia, eso no sería hipotéticamente posible. No sería tan tonta.

Mientras Inzoliah arrastra el cofre hacia Silvenar y Malvasian expira en el escenario, se cierra el telón.

Apariciones[]

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